“¡LA AVARICIA!”
La avaricia es el afán, el deseo excesivo y desmedido de adquirir
y poseer riqueza y poder.
“¡El avaro es su propio enemigo, el más feroz y encarnizado!”
“¡La avaricia no descansa: noche y día amarga la existencia!”
“¡La avaricia es madre de una gran desgracia: la perfidia!”
“¡La deslealtad y la traición son consecuencia de la avaricia!”
Traicionar a la Patria y a los ciudadanos es ser un avaro
apátrida, un avaro renegado y un avaro enemigo social.
El mundo de los avaros está lleno del deseo de tener dinero, de
soñar con el dinero, de despertarse con el dinero y de volver a costarse con el
dinero. Y lo mismo ocurre con el poder.
El avaro tiene la desgracia de caer en un proceso de
auto-alimentación continuo y difícil de parar.
“¡El avaro es avaro porque es avaro y, al serlo, cada vez es más
avaro!”
La avaricia no tiene límite ni fin y se auto-alimenta aumentado la
avaricia y el dolor sin límite ni valor.
Se deja de ser avaro en el instante de la muerte. Ni un segundo antes.
Salvo que uno se corrija, lo que tiene un mérito y un valor incalculables.
Hay que rezar y hacer sacrificios por el avaro. Hay que
compadecer al avaro y, sí, por qué no: hay que ayudar al avaro para que
rectifique.
“¡Para el avaro, su apetencia insaciable es también su penitencia!”
Padre Dios nos libre del familiar, del amigo, del conocido avaro,
porque siempre nos tienen algo que comunicar, que nos puede incluso afectar, relacionado
con la avaricia del dinero o del poder.
La avaricia, por desgracia, se puede heredar.
El avaro es el que más sufre, porque, como queda dicho, los es el
día entero, sin descanso ni respiro.
“¡La avaricia conduce a la miseria, pero antes a la amargura
propia y de todo aquel que le rodea!”
“¡El avaro arrepentido y convertido es un santo de una enorme
santidad, por haber vencido el mal en su radicalidad!”
“¡El avaro es radical hasta en el pensar, y, por supuesto, en el
actuar!”
Recemos por el avaro, para que pueda regresar al mundo de la
felicidad sin avaricia y con largueza y magnanimidad.
“¡La avaricia es una gran enemiga, y de una gran astucia, que
lleva al avaro a vivir el mal como cosa natural!”
Roguemos por el avaro y por la avaricia, que dejen de ser el mal y
de atormentarse sin necesidad.
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