“¡LA CASA CONVERTIDA EN GUARIDA!”
“¡Convertir nuestra casa en guarida es un mal
que no solo nos afecta, afecta también a los demás!”
¿Cómo se convierte la casa en guarida? De la
forma más sencilla: aceptar el mal como cosa natural.
¿Hay quien acepta el mal como cosa natural? Si,
desgraciadamente.
Hay dos maneras de aceptar el mal como cosa
natural: ya sea por activa como por pasiva.
“¡El mal es una realidad que busca imponerse,
tratando de convencer, y hay veces que lo consigue!”
Salvo el malvado, nadie más acepta el mal
consciente y con satisfacción.
El mal es repudiado de forma natural.
El mal no ceja en tratar de imponerse, y lo hace
de mil formas diferentes. Hay veces que triunfa, convirtiendo nuestra casa en
una guarida si no somos capaces de impedirlo.
Mil formas hay también de impedir el triunfo del
mal sobre el bien. Cada uno de nosotros somos un conjunto de hechos y de
deshechos.
“¡La conciencia es la base de la ciencia moral,
del comportamiento humano, convirtiendo la vida en algo grandioso o morboso!”
“¡La casa convertida en guarida es mal que
arrastra a otros y a muchos más!”
Todos tenemos autoridad y poder de convicción y
de actuar en los demás. Y esa actuación tiene, normalmente, dos vertientes: o
el mal o el bien, no hay el regular.
“¡¡¡Los seres humanos nacimos
para amar, no para odiar!!!”
¿Qué origina el odio, el rencor y el desamor?
Básicamente las creencias, las convicciones, ya sean de inclinación hacia el
bien o hacia el mal. Pero en los hombres hay una raíz de bien y una raíz
de mal original.
Todos estamos atacados por el mal, y ahí está el
valor y el mérito del valor y de la energía de la conciencia en luchar sin
rendición.
“¡La conciencia es la madre del saber y de la
ciencia en el hacer!”
Se nace con instinto de conciencia pero sin
definición, y son los padres los que deben definir nuestra
conciencia. Luego cada uno a lo largo de la vida irá formando sus
criterios, que deberán ajustarse a la realidad, a la verdad.
¿Qué responsabilidad y honor, qué alegría y
esperanza, qué motor creamos los padres en nuestros hijos?
¿Qué podemos hacer de nuestra casa?
La casa convertida en guarida es un mal que nos
afecta por activa o por pasiva. De nosotros depende lo que sea nuestra casa.
“¡La guarida no es una imposición es una
posibilidad, de ahí nuestra responsabilidad de ser o no ser guarida!”
La casa convertida en guarida es un mal con
remedio, de nosotros depende su aceptación o rechazo, dependiendo de la
conciencia del bien o del mal que recibimos por la educación recibida, y la
maduración de nuestro criterio.
La casa convertida en guarida. No lo permita
Padre Dios, ni lo acepte nadie, sea creyente o no.
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