“¡A LAS PERSONAS QUE AMAN A LOS DEMÁS!”
A las personas que aman a los demás sean todas
mis alabanzas y reconocimientos por su honestidad, por su humildad y por su
amor a todos.
"¡¡¡Amar a los demás no solo es estar en
el camino de la santidad sino vivir la santidad compartiéndola con los otros!!!"
Todos, sin excepción, estamos llamados a ser
santos.
Por si hay alguien que confunde el santo
normal con el santo de altar, cuando digo santo me refiero al normal. Me
refiero a la persona buena, honesta, humilde y participativa que ama a los
demás de la forma más natural y con continuidad.
El santo de altar es el que eleva la Iglesia
Católica cuando ha habido dos milagros por la intercesión de ese santo de altar
ante la Santísima Trinidad. Han sido personas normales que han tenido una vida
plena hasta el punto de que la Iglesia nos los propone como ejemplos a imitar
en nuestras vidas. Muchos de ellos son misioneros, o sacerdotes, o religiosos y
religiosas, y otros muchos son laicos, hombres y mujeres, padres y madres de
familia, buenos profesionales, que han sabido querer a los demás a la medida
del inmenso Amor de Padre Dios.
Amar a los demás no se improvisa.
Amar a los demás es una consecuencia de la
herencia de la educación recibida y aceptada de valores éticos, morales o religiosos
y practicados con toda continuidad.
"¡La vida tiene un sentido particular
cuando se ama a los demás!"
"¡La oración y los pequeños sacrificios,
de creyentes o no creyentes, son el cimiento donde se edifica la
santidad!"
Rezar es hablar con La Santísima Trinidad:
Padre Dios, Jesucristo Dios y hombre verdadero, y el Espíritu Santo Dios, y hablar
con la corte del cielo, la virgen Santa María, los santos, los ángeles.
¡¡¡Hacer pequeños sacrificios no es patrimonio
de ninguna religión, sino de toda persona de buena voluntad, que va camino de
la santidad!!!" Sea creyente o no.
Hacer pequeños sacrificios, que son actos
maravillosos de quien ama a los demás, por quienes se está dispuesto hasta dar
la vida, si fuera necesario. Y esto es de sabios, santos, honestos y leales a los
propios principios y a los de los demás.
A las personas que aman a los demás sean mis
más efusivas felicitaciones porque están en camino de la santidad, y viven el
amor como cimiento de su vida.
La vida se cubre de belleza y de felicidad
amando a la gente.
"¡La felicidad, si es compartida, se vive
con intensidad porque es ser santo de verdad!"
"¡¡¡Benditos y alabados sean los santos
que aman y viven para los demás, son el ejemplo a quienes tenemos que imitar
con todas nuestras fuerzas!!!"
Quienes aman a los demás adquieren y
desarrollan un sentido especial y vivencias especiales que inundan su mente y
su corazón de una plena felicidad que necesitan seguir compartiendo con los
demás.
“¡Amar a los demás debe ser la meta a alcanzar
para vivir en santidad con plena felicidad y libertad plena!”
La plena felicidad es patrimonio de los
santos, como lo es, al igual, la plena libertad.
"¡¡¡Nacimos para ser felices y libres, de
nosotros depende!!!"
La realidad de la plena libertad y de la plena
felicidad está en el amor, y si es el amor a los demás se está en el camino de
la santidad.
"¡¡¡Benditos y alabados sean los que aman
a los demás, de ellos es la gloria terrenal y la gloria de la eternidad por su
santidad!!!"
"¡¡¡Amar a los demás es la meta ideal a
alcanzar para ser verdaderamente santos!!!"
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