“¡UN NUEVO CONFINAMIENTO!”
Un nuevo confinamiento arrasará con lo que queda de la economía
nacional.
Un nuevo confinamiento nos llevará a la ruina, y a la
miseria.
Los seres humanos –hombres y mujeres- inconscientes, se
tienen que tratar como tales, y exigirles su responsabilidad.
Por culpa de los inconscientes, no podemos pagar los
conscientes.
"¡Que quien sea inconsciente pague la pena
correspondiente!"
El gobierno no nos puede tratar como inconscientes, o como niños
malos.
Tiene que haber una ley tajante, que pene al inconsciente.
Los individualistas retrógrados, egoístas, perezosos y
malvados no pueden imponer su criterio demoledor y arrasador a la sociedad en
su conjunto.
Los ciudadanos somos conscientes de las obligaciones que tenemos
con los demás, que compartimos el mismo espacio: la Patria que vivimos, y que
amamos con pasión y devoción.
Los paternalismos en política, han sido, y seguirán, siendo
malignos.
¿Quién tiene autoridad para restar o quitar la libertad?
"¡El libertinaje acaba haciendo daño a los demás!¡Mis
supuestos derechos terminan donde comienzan los derechos de los otros!"
Quien falte a la libertad sea reo de castigo, y de la pena
merecida. Y quien no respete la libertad de los otros, más aún.
Por los inconscientes no vamos a pagar los conscientes.
"¡El gobierno, para tener autoridad, tiene que respetar
la libertad!"
"¡El libertinaje es un mal que hay que atajar!"
Sin contemplaciones. Por supuesto: dentro de la ley, y del respeto que todo ser
humano se merece.
Un nuevo confinamiento arruinará a incontables empresas, que
son las que crean empleo, y las que pagan impuestos. Las empresas crean
riqueza, que es un bien para todos.
¿Qué va a hacer el gobierno? ¿Emitir más billetes?
¿Llevarnos a la ruina personal y nacional?
¿O es que hay alguien, con autoridad, que nos quiere
arrastrar a la debacle, a la miseria, a la ruina?
Esto no es cuestión de siglas, de partidos, de ideas
ideológicas, de derechas o de izquierdas, esto es cuestión de supervivencia. No
es cuestión de buenos y malos. Es cuestión de vivos y muertos.
Nadie tiene la autoridad para destruir a una nación.
De haber un nuevo confinamiento por el temor al contagio
-que somos los ciudadanos los que lo producimos- y aplicar, como solución, un
nuevo confinamiento, la ruina será total, y sus efectos serán peores que los
que ya ha producido el coronavirus.
Somos, todos los ciudadanos, los que contagiamos.
Quien contagie sea reo de la pena que se le imponga.
El deshonesto, desconsiderado, y malvado ciudadano que contagie,
salvo que sea, lógicamente, sin su culpa, sea castigado.
Los más no vamos a pagar por los menos.
El gobierno debe gobernar para la mayoría, no para la
minoría.
La minoría malvada, irrespetuosa, desconsidera, egoísta
tiene que ser aislada, y llegado el momento, a pagar la pena correspondiente.
Por unos pocos, no podemos pagar la mayoría.
Un nuevo confinamiento nos arrastrará a la miseria sin
remedio.
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