“¡QUIÉN O QUIÉNES SON NUESTROS ENEMIGOS!”
Toda persona que vaya contra la unión
social, la participación ciudadana, la lealtad en la convivencia, la
Constitución como marco que protege especialmente a los más débiles, o vaya
contra el bien común económico y social, son enemigos en potencia, o en la
realidad. No son enemigos personales, que no debemos tenerlos, sino enemigos de
la paz social.
Hay más apartados que prolongarían esta
aportación. Pero creo son suficientes los ejemplos de los enemigos de la
sociedad.
"¡Estamos viviendo unos momentos
cruciales por la afección del virus a la salud corporal, a la salud económica,
y a la salud social!"
Todos, salvo las excepciones, estamos
afectados, de alguna manera, en la salud, en la economía y en la convivencia
con los demás.
Los gobiernos se han convertido en
dictadores en la realidad. Amos únicos de la verdad.
Sus directrices –no entro si son
correctas o no- nos afectan directamente en la vida diaria de cada uno de
nosotros.
La más triste vivencia, hasta este
momento, es la muerte de personas, algunas en la más absoluta soledad, por el
coronavirus.
Le sigue la miseria en personas que se
han quedado sin recursos y sin solución. No tienen nada, sino la miseria.
Y continuamos todos los demás.
La economía está destrozada, y no se sabe cuándo se
podrá resolver, cuánto se podrá recuperar. Mucho daño será permanente.
Las empresas, que son las que crean
puestos de trabajo y pagan impuestos con los que se sostienen los empleados
públicos y se atienden necesidades sociales, muchas ya han desaparecido, con la
consiguiente ausencia de creación de puestos de trabajo y una gran caída en los
ingresos fiscales por impuestos.
Lo he repetido, porque es algo
aterrador.
¿A dónde vamos? ¿Esto es ya universal?
Unos países peor y otros mejor. Dependiendo de sus autoridades, y del pueblo.
¿A dónde vamos? ¿Estamos llegando a un
punto sin retorno? ¿Qué están haciendo las autoridades competentes? Ellos son
los responsables directos y los que pueden ejecutar y hacer cumplir su
voluntad, sus decisiones. A quienes nadie ha obligado. Están por su propia
decisión y voluntad, y por la aceptación del partido político.
¿Las autoridades del momento están
poniendo las soluciones correctas?
Hay un gremio que hay que felicitar por
dedicar su tiempo, conocimientos y esfuerzos más allá de su obligación: son los
médicos, enfermeros, ayudantes...ellos y ellas. La santa sanidad.
Vayan mis más efusivas felicitaciones y
agradecimiento eterno.
¿Qué podemos hacer los de a pie? Hacer
lo que nos indican los de arriba, aportar nuestra experiencia a los de arriba,
y exigir, a los de arriba, que hagan las cosas con honestidad, lealtad y amor a
los demás.
Creo que hay problemas graves como son
por un lado la sumisión al partido político más allá de la honestidad, de la
lealtad, y del amor a los demás, y por otro lado el problema de alcanzar acuerdos
entre partidos, acuerdos solo presididos por el bien común.
Hay que buscar la forma de que el
pueblo –quien tiene la soberanía y autoridad- pueda anular a toda persona,
hecho o circunstancia que impidan que se haga lo que hay hacer por solidaridad,
honestidad y amor. Y que pueda potenciar a los que sí trabajan por la
solidaridad.
"¡Si no hay solidaridad,
honestidad y amor a los demás, no hay solución, ni la habrá!"
Cada uno de nosotros nos debemos
plantear, si no nos lo hemos planteado ya: ¿Estoy siendo solidario, honesto, y
amo a los demás como a mí mismo?
¿Denuncio, informo de lo que veo y creo que está mal, y
propongo lo que hay que hacer para mejorar? ¿Qué hago?
Tiene que haber un local, con fácil
acceso y rapidez, donde se reciban las informaciones de la sociedad, y se
guarde el secreto profesional. Que cada persona sienta seguridad al informar.
Internet puede no ser suficiente. Un juzgado en muchos casos es excesivo.
Deberá ser un juzgado si el asunto que vemos es ya un delito concreto.
Pero conviene tener un lugar donde
todos podamos informar con la mayor honestidad, lealtad y libertad, y que sea
un secreto profesional. No es un sitio para denunciar. Es un sitio para
aportar.
Que nadie tenga el menor temor de
informar con toda libertad, y sin el menor reparo. ¡El mal está siempre al
acecho! ¡Y algunos malos dirigentes tienen autoridad! Una autoridad y poder que
puede incluso ya ser una dictadura de las duras.
Si se me ocurre otra idea, la
comunicaré, como espero, y les pido, que lo hagan todas y todos los demás.
"¡Gracias a todas y a todos los
honestos, leales, y solidarios, por el amor que reparten, que tanto necesita la
humanidad!"
¿Quién o quiénes son los enemigos de la
sociedad? Los deshonestos, desleales e insolidarios.
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