“LUCHEMOS POR LA SANTIDAD”
La vida es sumamente importante como para desperdiciarla sin luchar por la santidad.
La santidad es
el estado sublime del bien en el pensar, en el oír, en el ver, en el actuar y
en el ser con uno mismo y con los demás.
“¡La santidad
no tiene credo ni color ni nada que diferencie al ser humano!”
“¡La santidad
es caminar por el sendero luminoso de la honestidad, de la participación, y de
la ayuda y del amor a todos los demás!”
“¡Ayudar sin
pedir nada a cambio es uno de los pilares de la santidad!”
Luchemos por la
santidad para alcanzar, para que alcancen, y para que todos alcancen y
alcancemos el bien necesario que nos lleve también a la santidad.
¿Por qué la
mayoría no somos santos? Porque rezamos poco, o no rezamos - sea creyente o no.
Porque no participamos honestamente en todos los actos de nuestra vida. Porque
no ayudamos lo suficiente para corregir el mal que han creado, o que hemos
creado.
El viaje de la
vida se puede hacer cogiendo diversos senderos. El mejor de ellos es luchar por
el bien, repartiendo el bien, y ayudando a los que lo necesitan, a manos
llenas.
“¡Luchemos por
la santidad para merecer la gloria terrenal y luego la gloria eterna!”
“¡Luchemos por
la santidad para ser merecedores de la santidad!”
“¡Luchemos por
la santidad para tener santidad!”
¡La santidad es
el gozo de la felicidad terrenal por ayudar a los demás!
¡No hay
santidad sin ayuda!
La felicidad y
la libertad son consecuencia de la santidad.
“¡¡¡Luchemos
por la santidad y la alcanzaremos con seguridad!!!”
Usted es ya un Santo, gracias por enseñar a los demás a serlo. Un abrazo
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