viernes, 6 de noviembre de 2020

“¡A LAS Y LOS MONÁRQUICOS!”

 



“¡A LAS Y LOS MONÁRQUICOS!”  

Las y los monárquicos deberíamos demostrar nuestra lealtad, respeto y amor al Rey y a la Monarquía con el pensamiento, pero también con los hechos.

Creo que si nos reuniésemos en Agrupaciones, podríamos cooperar no solo para informar a la ciudadanía sobre lo que es una Monarquía, sino para ser un apoyo personal y social a la institución y al soberano.

Esas Agrupaciones funcionarían como grupos con su propio nombre: Agrupación de monárquicos de… el pueblo o ciudad correspondiente.

Tendrían una directiva y socios, que serían el apoyo de cada Agrupación, así como otras personas colaboradoras quienes, en sus ambientes, amigos, vecinos… informarían de todo aquello que su Agrupación propusiera.

Estas Agrupaciones locales irían informando a la Super, y de la Super a la Suprema, de todas las cosas que consideraran son temas de interés. De tal manera que la Suprema tuviera conocimiento de las ideas, propuestas, experiencias etc. que las Agrupaciones locales, y la Super fuera propusiendo.

Debería existir una información fluida de todas las direcciones.

La información sería el mejor medio de saber lo que propusieran la totalidad de las Agrupaciones, y de progresar en el conocimiento de las experiencias de todos.

Todos deberían estar siempre informados de abajo para arriba, y de arriba para abajo.

El ser monárquico no debe ser como un cuadro que se cuelga en la pared, sino una actividad comprometida con su localidad, con su región, y con la Patria.

Esas Agrupaciones estarían comprometidas, con honor, honestidad, y lealtad con la Patria, con nuestros conciudadanos, y con la Monarquía y el Rey.

Que el amor, la lealtad y la honestidad personal de los monárquicos sea una realidad fundamental para informar, para servir, y para ayudar a la Patria, al Rey, a la Monarquía y al pueblo al que pertenecemos.

El amor, la lealtad, y la honestidad a nuestros pueblos lo desarrollaríamos a través de esas Agrupaciones.

El amor, la lealtad, y la honestidad al Rey y a la Monarquía serían algo real y verdadera, y fuente de información para todos de los conocimientos y experiencias que todos deberíamos saber, y hacer saber al Rey y a la Casa Real.

Dirijo estas palabras a las y a los monárquicos con la ilusión de que sirvan para unirnos y fortalecernos por la unión y la honesta participación.

Esas Agrupaciones de Monárquicos deberán ser un ejemplo de honestidad, lealtad, y amor al Rey, a la Corona, a la Monarquía y a nuestros pueblos, a nuestra Patria, porque lo haríamos desde las uniones con lealtad, amor y honestidad.

Todo por la Patria, por El Rey, por la Monarquía, y por nuestros pueblos, que representan a la Patria.

“¡A las y a los monárquicos les ruego me den sus opiniones para mejorar esta idea: porque la unión y la honesta participación, siguen siendo la solución!”


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