"LAS IDOLATRÍAS"
La etimología es el origen de una palabra y de
su significado. La idolatría tiene varias connotaciones. Además de la adoración
a ídolos o falsas deidades, también significa el amor desmedido a los bienes
materiales, al dinero, a la moda, al móvil, al coche... Ese amor nos hace esclavos
de esos ídolos.
"¡Por supuesto ser idólatra depende, en
gran manera, de la educación en valores y la cultura recibida y aceptada!"
Ser parco en las necesidades personales,
quitando o reduciendo lo que es superfluo, no cediendo a las ofertas innecesarias,
y ayudando al necesitado con largueza son medios para reducir y hasta hacer
desaparecer las idolatrías.
Ayudar a los más necesitados es una manera de
reducir la pobreza, de la que procede una parte importante de la idolatría.
La sobriedad, la honestidad, la lealtad y el
amor son un antídoto contra la idolatría.
La solidaridad y la humildad fortalecen el
bien y disminuyen la idolatría. El ser uno más entre nuestros hermanos
fortalece la solidaridad y quita la idolatría.
Tenemos riqueza de sobra para que el mundo
domine el mal y no haya idolatrías en la búsqueda del bien.
Un gran medio de contrarrestar las idolatrías
es la lucha por tratar de ser desprendidos de lo que tenemos y de lo mucho que
nos sobra.
Un corazón limpio, solidario y cargado de amor
es el camino para conseguir un mundo mejor. Un mundo en el que la vida sea un
valor a cuidar, a proteger y a desarrollar con amor. En ese mundo no hay
idolatrías.
Las idolatrías retrasan el progreso del bien
por confundir lo que es verdad con lo que es irrealidad.
Benditos y alabados sean los honestos y fieles
servidores del amor a los demás, sin idolatrías, sino actuando y ayudando en
todo aquello que podamos y debamos.
El amor sincero y honesto engrandece el alma y
los hechos, y elimina la idolatría.
Para eliminar la idolatría necesitamos un amor
contrito, respetuoso y apasionado que nos haga vivir ante la realidad y ayudar
a la solución de los problemas de los demás.
Benditos y alabados sean los buenos y leales
que dedican su vida a amar y repartir la bondad.
Las idolatrías reducen la libertad y anulan la
felicidad.
La felicidad y la libertad son necesidades que
tenemos que buscar y por las que hay que luchar, para vivir un mundo de
realidad, eliminando las idolatrías que nos llevan al mal.
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