“¡QUÉ DIFÍCIL ES EXPRESAR LOS SENTIMIENTOS!”
Me es muy difícil expresar
con palabras los sentimientos. Lo he intentado y lo sigo intentando, y
compruebo que aún no lo he conseguido. Pero seguiré intentándolo por
honestidad, convicción, creencias, amor y necesidad. AMOR Y AMISTAD.
Para expresar los
sentimientos sí he llegado a un convencimiento: “¡No basta con tener buena
intención, se necesita tener iluminación y pedir perdón!” En definitiva: REZAR.
Y por eso comienzo con el Padre Nuestro y la siguiente oración:
¡Ven o Santo Espíritu y si lo
crees oportuno ayúdame a expresar mis sentimientos!
Mis sentimientos son una
consecuencia de la educación recibida en valores, creídos y aceptados por mí.
Me educaron en el amor a
Padre Dios y a ustedes como a mí mismo. Si no soy consecuente con esa creencia
y mandato, falto a mis creencias, valores, fe y a mi honestidad, pudiendo
llegar a pecar. La ausencia de amor lleva a la indiferencia y al odio.
Pero siguen sucediendo las
mismas circunstancias y sigo siendo yo. Así y todo me aventuro a narrar, a
expresar cuales son mis sentimientos.
Básicamente mis sentimientos
son no faltar a mis valores, fe, creencia y honestidad, y todo precedido y
dirigido por el amor a Padre Dios y a los demás. Esos son y deben ser mis
sentimientos.
Cuando he actuado contra mis
sentimientos he faltado. Todo pecado es una ofensa a Padre Dios, que nos ha
creado con nuestra naturaleza y libertad. Y he pecado muchas veces.
Bien sabe Padre Dios lo que
me he arrepentido y me arrepiento. He pedido y sigo pidiendo perdón hasta que
me muera.
Mi alma la he manchado con
mis pecados, y le dedico mucho tiempo a pedir perdón a Padre Dios y a todos los
que les he faltado, y espero que me perdonen, porque he pedido y pido perdón
con verdadero y sincero arrepentimiento y de todo corazón, y porque espero
reparar.
He querido fortalecer mi
voluntad y creencias para no pecar, y he pecado.
Confío en la misericordia
infinita de Padre Dios y en la misericordia de mis prójimos más cercanos, y de
ustedes, para poder tener el perdón de mis pecados.
Han sido y son un peso que
necesito descargar para aligerar el peso en el camino que me queda por recorrer
y poder llegar al final de la vida -ya cerca, lógicamente- habiendo recibido el
perdón y poder llegar a la presencia de Padre Dios, que es todo lo ambiciono,
deseo fervientemente y anhelo con ansiedad, para ser merecedor de la eterna
felicidad. Ojalá hagamos juntos el camino y vayamos al cielo.
A ustedes, que la bondad les
rebosa, les pido perdón y que perdonen mis pecados que les hayan dañado y
ofendido, los que he cometido, y así Padre Dios también me perdonará y me
permitirá entrar al cielo prometido.
¿Cuáles son mis sentimientos?
El arrepentimiento.
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