“¡¡¡A LOS MORIBUNDOS!!!”
Hasta donde sé siempre nos acordamos de
los vivos y de los muertos, pero no de los moribundos.
El moribundo vive los últimos momentos
de su vida terrenal, que son los más importantes después de su nacimiento.
Morir, morimos todos. Y todos seremos
moribundos.
Yo le pido a mi familia, como creyente
en LA SANTÍSIMA TRINIDAD, que avisen al Párroco para que venga a confesarme,
darme la Sagrada Comunión, la Extremaunción o Unción de Enfermos, y sus
palabras, consejos y compañía.
Me pregunto: ¿Todos los moribundos,
creyentes o no, reciben los Santos Sacramentos y la Extremaunción?
La Extremaunción, en los creyentes, es
dejar a la persona moribunda en santidad, para, así, poder entrar en el Cielo
prometido que es la contemplación de LA SANTÍSIMA TRINIDAD (DIOS PADRE, HIJO Y ESPÍRITU
SANTO), entrando a vivir en Dios por toda la eternidad.
No darle la oportunidad, al moribundo,
de recibir LA SAGRADA COMUNIÓN Y LA SANTA UNCIÓN, supongo que debe de ser un
pecado grave para quienes así actúan. Además, irreparable.
Supongo que los no creyentes creen que
después de la muerte no hay nada. ¿Cómo pueden estar tan aparentemente seguros
de eso? ¿Y si hay? ¿No es la inteligencia y la voluntad del espíritu humano muy
superior a los instintos y a la sensibilidad del organismo animal? ¿No reclama
la pervivencia tras la muerte? ¿No nos preguntamos racionalmente de dónde
procede todo y qué fin tiene todo el universo?
Aunque sea por las dudas yo le daría la
SANTA UNCIÓN al moribundo cristiano bautizado. Salvo que ella o él se oponga
directamente, claramente, que -entonces- la responsabilidad la tiene el
moribundo.
"¡Si existe Dios, hay
eternidad!" Y pensemos, ¿hemos creado el universo nosotros? ¿Y si no,
quién y cómo lo ha creado?
Lo que me apenaría es que una persona no
vaya al cielo eterno por no darle los Sacramentos.
Estas palabras van dirigidas, en
especial, a los creyentes, y, ojalá, llegasen a los no creyentes.
Que se sepa que los familiares del
moribundo tienen la ineludible obligación de tratar que el moribundo reciba los
Santos Sacramentos. Y si no lo hacen, la responsabilidad recaerá sobre ellos, y
será un peso para toda la vida.
No quisiera tener esa responsabilidad de
que un moribundo familiar no reciba los Santos Sacramentos. Después ya no hay
solución.
Todos, sin excepción, moriremos.
¿Cómo quiere usted morir?
Creo que esta es la gran pregunta que
todos debemos hacernos.
Lo que si les puedo garantizar es que
usted, y su familia, y amigos morirán, y todos seremos moribundos.
La muerte es el fin de la vida de todo
nacido.
Pero antes de morir se es moribundo.
A quién sea moribundo, en este momento,
le pido a "¡¡¡LA SANTÍSIMA TRINIDAD que lo coja confesado para que goce,
eternamente, de la contemplación y vida de LA SANTÍSIMA TRINIDAD!!!"