martes, 25 de enero de 2022

“¡LA FALTA DE HONESTIDAD EN LA POLÍTICA!”

 

“¡LA FALTA DE HONESTIDAD EN LA POLÍTICA!” 

La falta de honestidad en la política tiene varias razones, al menos las que yo conozco.

La más importante, para mí, es la deshonestidad del corazón.

¿Qué es la honestidad? La característica, la cualidad de una persona que es honesta, para hacer el bien y evitar el mal.

La honestidad en política es una necesidad vital como el correr de la sangre por las venas.

Sin honestidad no hay labor que se pueda realizar. Y no digamos en política.

¿Qué es política? Es la labor que debe realizar el gobierno, y cualquier autoridad de la sociedad humana.

Todos los asuntos comunes que afectan a una sociedad o a un país son parte de la política.

"¡Sin honestidad y amor a los demás no se puede hacer política con honestidad y lealtad!"

Hay quienes van a la política para vivir a costa de la sociedad, es decir de los demás.

Estos vividores de la política son los que ponen cortapisas como son las listas cerradas en las elecciones.

Las listas cerradas son una declaración flagrante de deshonestidad y de falta de libertad estructural.

Los partidos políticos, y los que tienen autoridad, han permitido que muchas personas vivan, por el período de la legislatura, y a veces también una vez terminada, a costa de la sociedad, y con elevados emolumentos.

La falta de honestidad en la política está arrastrando a la sociedad al declive que no sé cuánto durará ni dónde llegará.

¿Quién tiene la culpa de que haya políticos deshonestos?

El grupo de personas con autoridad que permiten el desarrollo y labor de los deshonestos en política, son los grandes contribuyentes al mal de la sociedad, y todas las personas que, a sabiendas, les han dado el voto.

Tener autoridad es uno de los mayores honores y responsabilidades que puede tener un ciudadano, como responsable que es con autoridad civil, política, social, económica, profesional o familiar.

Hay jóvenes, a quienes les llegará la edad de gobernar, que no tienen valores morales, éticos o religiosos, porque sus padres no se los han enseñado e inculcado desde niños, con palabras y con hechos. Este es un problema grave.

Ser político con autoridad es haber llegado al más alto puesto en la responsabilidad social. Y un alto honor que enriquece para el resto de la vida.

Ser político con autoridad, y no tener esos valores morales, éticos o religiosos, es un enemigo social, pudiendo hacer mucho daño.

La falta de honestidad en la política, y no digamos con autoridad, es un mal de tal gravedad que puede llegar a tarar una gran parte de la sociedad. Y sus consecuencias pueden durar hasta que haya unos políticos capaces de corregirlo.

La falta de honestidad en la política es un mal que hay que erradicar de raíz, para que no vuelva a existir.

La falta de honestidad en la política es un mal que se contagia si el pasotismo es lo normal en los ciudadanos.

La falta de honestidad de un político, y no digamos si tiene autoridad, es un mal que hay que deshacer. Y eso depende de todos.

Ser libre, ser honesto, y querer a los demás son el cimiento para desarrollar una política que beneficie a la totalidad.

Sin amor y sin honestidad no hay posibilidad de hacer política que beneficie a las personas.

Política sin valores no la queremos, hay que luchar para extirparla.


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