“¡LA FALTA DE HONESTIDAD EN LA POLÍTICA!”
La
falta de honestidad en la política tiene varias razones, al menos las que yo
conozco.
La
más importante, para mí, es la deshonestidad del corazón.
¿Qué
es la honestidad? La característica, la cualidad de una persona que es honesta,
para hacer el bien y evitar el mal.
La
honestidad en política es una necesidad vital como el correr de la sangre por
las venas.
Sin
honestidad no hay labor que se pueda realizar. Y no digamos en política.
¿Qué
es política? Es la labor que debe realizar el gobierno, y cualquier autoridad
de la sociedad humana.
Todos
los asuntos comunes que afectan a una sociedad o a un país son parte de la
política.
"¡Sin
honestidad y amor a los demás no se puede hacer política con honestidad y
lealtad!"
Hay
quienes van a la política para vivir a costa de la sociedad, es decir de los
demás.
Estos
vividores de la política son los que ponen cortapisas como son las listas
cerradas en las elecciones.
Las
listas cerradas son una declaración flagrante de deshonestidad y de falta de
libertad estructural.
Los
partidos políticos, y los que tienen autoridad, han permitido que muchas
personas vivan, por el período de la legislatura, y a veces también una vez
terminada, a costa de la sociedad, y con elevados emolumentos.
La
falta de honestidad en la política está arrastrando a la sociedad al declive
que no sé cuánto durará ni dónde llegará.
¿Quién
tiene la culpa de que haya políticos deshonestos?
El
grupo de personas con autoridad que permiten el desarrollo y labor de los
deshonestos en política, son los grandes contribuyentes al mal de la sociedad,
y todas las personas que, a sabiendas, les han dado el voto.
Tener
autoridad es uno de los mayores honores y responsabilidades que puede tener un
ciudadano, como responsable que es con autoridad civil, política, social,
económica, profesional o familiar.
Hay
jóvenes, a quienes les llegará la edad de gobernar, que no tienen valores
morales, éticos o religiosos, porque sus padres no se los han enseñado e
inculcado desde niños, con palabras y con hechos. Este es un problema grave.
Ser
político con autoridad es haber llegado al más alto puesto en la
responsabilidad social. Y un alto honor que enriquece para el resto de la vida.
Ser
político con autoridad, y no tener esos valores morales, éticos o religiosos,
es un enemigo social, pudiendo hacer mucho daño.
La
falta de honestidad en la política, y no digamos con autoridad, es un mal de
tal gravedad que puede llegar a tarar una gran parte de la sociedad. Y sus
consecuencias pueden durar hasta que haya unos políticos capaces de corregirlo.
La
falta de honestidad en la política es un mal que hay que erradicar de raíz,
para que no vuelva a existir.
La
falta de honestidad en la política es un mal que se contagia si el pasotismo es
lo normal en los ciudadanos.
La
falta de honestidad de un político, y no digamos si tiene autoridad, es un mal
que hay que deshacer. Y eso depende de todos.
Ser
libre, ser honesto, y querer a los demás son el cimiento para desarrollar una
política que beneficie a la totalidad.
Sin
amor y sin honestidad no hay posibilidad de hacer política que beneficie a las
personas.
Política
sin valores no la queremos, hay que luchar para extirparla.
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