“NUESTRAS DEBILIDADES”
"Me glorío en mis debilidades".
Nacemos con una propensión a tener
debilidades, y de acuerdo a la educación recibida en valores, asumidos y
aceptados, vividos, se comienza a vencer las debilidades.
A los seres humanos nos concedieron la sagrada
libertad, y por ella, y en base a ella se desarrolla la valentía y el coraje
para ir venciendo y ganándole la batalla a las debilidades.
Si fuéramos predestinados no tendríamos
debilidades. Tenemos debilidades por la libertad y nuestra limitación.
Debemos tener el honesto comportamiento de
oírnos en nuestra intimidad del corazón, y oír, reconocer, y atajar nuestras
debilidades.
La honesta sinceridad, con el amor, es el
comienzo y el camino para el fin de nuestras debilidades.
Nuestra vida debe ser el cumplimiento de los
valores y creencias, aún con nuestras debilidades.
Uno de los enemigos de reconocer las
debilidades propias es el qué dirán. Puede que sea hasta un complejo de
superioridad o de inferioridad. O el deseo natural y bueno de
preservar nuestra intimidad y nuestra imagen ante los demás.
"¡El
reconocimiento sincero de nuestras debilidades, y el deseo sincero de
vencerlas, es el camino a la santidad!"
La fe mueve montañas, y es la gran arma contra
las debilidades. De lo contrario uno camina hacia el hundimiento, si no
reacciona con prontitud, no dejando que las debilidades se adueñen de nosotros.
"Examinémonos
con honestidad, lealtad, amor y sinceridad". Y tendremos la fortaleza para vencer a las
debilidades.
"¡Reprimamos
con energía y valentía nuestras debilidades, las ocasiones que nos pueden hacer
tropezar, y conseguiremos rechazarlas!"
"¡Tenemos
la libertad, tenemos los valores, y tenemos nuestra honesta participación
social que, unidos a la fe y al amor, son armas que nos ayudan a mejorarnos
venciendo nuestras debilidades, para ser más felices, más libres y
para ir por el camino de la santidad!"
"Me
glorío en mis debilidades". Porque son ocasión de humildad y de sentido común. Y me glorío
sobre todo en mi fe, que es un don, en los valores y en mi libertad.
¿Lo cree usted?
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