“¡RONDAR LA FELICIDAD!”

 

“¡RONDAR LA FELICIDAD!”

Rondar la felicidad lo hacemos todos.

La felicidad es la meta.         

Hay quien confunde la felicidad con el bienestar.

Hay quienes tienen grandes bienes personales, sociales, patrimoniales o económicos, y son unos desgraciados porque les falta la honestidad y el amor.

“¡¡¡La felicidad ni se compra ni se vende, se tiene por honestidad y amor!!!”

Hay quienes  tratan de alcanzar la felicidad con el dinero que tienen en el bolsillo.

La felicidad se alcanza por méritos propios y no por el advenimiento surgido de la nada sin  haber contribuido realmente a la vida de la gente.

"¡¡¡La felicidad, para que sea, tiene que ser compartida con los demás!!!"

Los egoístas, los ególatras, los esclavos de dinero y del poder, son  candidatos a la eterna condenación, con total ausencia de felicidad y de libertad.

Jamás la encontrarán los ilusos que pierden la vida buscando la felicidad en cosas materiales.

Quien busca la felicidad fuera, encuentra lo que está fuera: el materialismo convertido en fuente de muchos males.

La maldad se enseñorea  en los materialistas, cuya meta es el bolsillo y nada más.

Rondar la felicidad es buscar donde no hay.

"¡La felicidad es algo que se da, y se comparte, cuando hay amor!"

"¡La felicidad no llega por casualidad, es algo que se conquista con amor, honestidad y fraternidad!"

"¡Benditos y alabados sean los honestos que no necesitan rondar la felicidad, les llega siempre!"

Rondar la felicidad, no es el medio de alcanzar la felicidad.

"¡¡¡La felicidad se alcanza y se goza cuando, con amor, la compartimos con la gente!!!"

"¡¡¡Benditos y alabados sean los honestos, solidarios y fraternales pues alcanzarán y gozarán de la plena felicidad, y siempre serán libres!!!"