domingo, 6 de febrero de 2022

 

“¡LAS ABERRACIONES!” “¡A LO QUE HEMOS LLEGADO!”

“¡Las aberraciones!” “¡A lo que hemos llegado!” Un empleado le da órdenes a quien lo contrató. ¿Es una aberración?

“¡Un político, en activo, y no digamos si tiene autoridad, es un servidor y empleado, las 24 horas del día, de la comunidad que lo eligió!”

Jamás un político le puede pedir, y menos exigir, al pueblo algo que vaya en contra de la voluntad y el deseo de esa comunidad.

Leí en un periódico local la siguiente frase: “Los políticos debemos aprender a escuchar a los ciudadanos”. No tiene desperdicio. “¡Dios mío!” ¿En qué se han convertido?

¿Por qué ahora se están dando aberraciones? No lo sé, aunque lo intuyo por mi experiencia como político activo que fui.

Lo que leo y oigo acerca de los políticos me asombra, me aterra y me hace meditar tratando de encontrar el antídoto a tanta aberración.

¿Qué puedo hacer para ayudar a que vivamos la verdad de la realidad? Aquí mi intuición no me alcanza. Necesito más. Le necesito a usted para que me ayude a comprender y buscar soluciones a las aberraciones.

La oportunidad que tengo, gracias a la sagrada libertad, es escribir como estoy haciendo, tratando de ayudar.

¿Cómo puedo ayudar de acuerdo a mis deseos y necesidades? Exponiendo mi experiencia de cuando fui político con responsabilidades.

En mi concejalía el lugar de reunión de los vecinos era el Ayuntamiento y mi casa particular.

Cuando regresaba del Ayuntamiento a las 9 de la noche, muchos días, al llegar a mi casa me encontraba con una o varias personas que me esperaban.

Las recibía con el mayor respeto y consideración de servicio y atención. Sus problemas eran mis problemas.

El pueblo era el que me informaba y me ordenaba lo que tenía que trabajar en la municipalidad. Lo que hacía con toda la honestidad y laboriosidad de que era capaz.

En mi casa se resolvieron problemas personales y sociales.

Mi agradecimiento al Ayuntamiento de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, a España, y al pueblo que serví será eterno.

Al Ayuntamiento y a nuestro pueblo les debo haber aprendido a obedecer y servir a nuestro pueblo con honestidad, laboriosidad y humildad.

Ellos me hicieron mejor persona, lo que ha sido y es para mí motivo de eterno agradecimiento.

“¡Ser un político, y con autoridad, es haber llegado a la cumbre del servicio a los demás!”

Servir a la comunidad, servir a los demás llena la vida de valor y contenido: mejora a uno como persona y lo enriquece para saber apreciar lo que es amar a su pueblo y comprobar lo que es el agradecimiento de ese pueblo.

Ser un político en activo -yo lo seré eternamente, como lo han sido mis familiares, por generaciones, que me han precedido- es tener la oportunidad de cooperar y trabajar al bien material, y hasta espiritual, de la ciudadanía a quien se sirve, si se hace con humildad, amor, y honestidad

Nunca he querido pontificar, y menos corregir a los demás. Sí me creo en la honesta obligación de informar, lo que considero una necesidad personal y social.

“¡¡¡Las aberraciones en política desaparecerán cuando haya honestidad, humildad y amor en servir a los demás!!!” 


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