miércoles, 16 de febrero de 2022

“¡EL PERDÓN!”

 

“¡EL PERDÓN!”

¿Qué es el perdón? La posibilidad de perdonar por la grandeza de corazón, de alma y vida.

El perdón es el amor en palabras, hechos y pensamientos.

Perdonar es de personas grandes, magnánimas: hombres y mujeres cabales.

Para perdonar hay que tener el corazón lleno de bondad, de misericordia, de amor y voluntad.

“¡Quien perdona de corazón es digno de admiración!”

El perdón enriquece a quién lo da y libera a quien lo recibe.

Quien recibe el perdón queda obligado a no volver a cometer los mismos errores y pecados.

El perdonado queda exceptuado del castigo merecido.

Quién ofende y no se arrepiente, lleva sobre sí una pesada carga, de la que solo se librará cuando se arrepienta y pida perdón.

Pedir perdón es merecer ser perdonado, porque es reconocer la maldad del propio error y el propio pecado

Los seres humanos experimentamos la tendencia a ofender y a sentirnos ofendidos. Para refrenarla hay que tener la humildad, la honestidad y el amor de reconocer nuestras debilidades, errores y pecados, ajenos y propios, y así ser merecedores de recibir el perdón.

¿Qué es el perdón humano? El perdonar, sin deseos de revancha, y hacerlo de corazón y con el alma por siempre jamás.

Nunca juzguemos por apariencias. Las apariencias engañan: son la ocasión que aprovecha el mal para crear una ofensa donde no hubo nada.

Perdonar con amor, humildad y honestidad enaltece al perdonador y redime al ofensor.

El rencor eleva el odio y apasiona al rencoroso, impidiéndole vivir con amor, humildad y honestidad.

Si estamos siempre dispuestos a perdonar seremos recompensados con la felicidad  que produce el olvidar el daño que nos quisieron causar.

Quién ofende de hecho o de palabra, si no se arrepiente y pide perdón, está condenado agachar la cabeza, por no poder mirar de frente.

Pedir perdón no es arrastrarse, sino la valentía, el honor y la responsabilidad de reconocer el error o el pecado cometidos, y ser merecedor del perdón.

“¡Benditos y alabados sean los que perdonan sin rencor!” De ellos es la gloria terrenal y luego la eterna felicidad.

Perdonar desprende amor, cura el odio y el rencor, alivia la mente y el corazón. En una palabra: eleva el alma poniéndola en camino de santidad.

Siempre perdonar y nunca guardar odio y rencor a quien tuvo la desgracia de haber ofendido, para darle la oportunidad de arrepentirse y pedir perdón.

Quién no pide perdón es merecedor del castigo de acuerdo con la ofensa que hizo.

Quien perdona sin odio ni rencor está tocado por la Divinidad.

Bendito y alabado quien perdona por siempre jamás.

¿Qué es el perdón? Perdonar sin odio ni rencor.

“¡Quién pide perdón de corazón es digno y merecedor del perdón!”

¿Qué es el perdón? La posibilidad de perdonar por la grandeza de corazón, de alma y vida.


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