“¡HACER LO QUE PUEDA!”
“¡El que hace todo lo que puede, hace todo lo que debe!”
“¡El
que no hace lo que debe, es un enemigo de sí mismo, de la familia y de la comunidad!”
Las
crisis económicas o de valores, (son lo mismo: las crisis económicas nacen y se
desarrollan por las crisis de valores éticos o religiosos) se fundamentan en no
ser y no comportarse honestamente, que es no hacer lo que podamos.
La
honestidad es la manera más fácil de vivir y de repartir la felicidad. No es
otra cosa que hacer lo que pueda en el bien, que es lo mismo que hacer lo que
deba.
“¡No sé de qué manera puedo convencer para que vivamos el mundo que nos merecemos!”
“¡Es tan fácil y tan realizable, que es incompresible que no exista una mayoría
aplastante de personas que vivan a diario la honesta participación!”
Seguiré
insistiendo. No me cansaré de repetirlo.
Intento
ser consecuente no sólo con mis creencias sino con mi
comportamiento, y no es tan difícil ser honesto y llevarlo a la práctica. Se
necesita vivir de acuerdo a valores éticos o religiosos, tener esos valores y
vivirlos.
Ser
consecuente es una de las maneras de convencer, de practicar el bien y de
sentirse útil a uno mismo y a los demás.
La
vida es muy corta para desperdiciarla.
La
felicidad es una parte muy importante de la vida.
La
felicidad y la libertad dependen del número de practicantes. A mayor cantidad,
más felicidad y más libertad.
La
libertad y la felicidad se fundamentan en hacer el bien en todo lo que puedo y
debo.
El
grado de felicidad y de libertad depende del número de personas que sean
consecuentes con sus valores éticos o religiosos.
Todos,
pero todos, estamos llamados a ser buenos y consecuentes, para
con ese comportamiento ser felices y hacer que los demás lo sean.
Solo
se necesita hacer lo que puedo, no más. Pero hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Necesito y agredezco todos los comentarios que me puedan hacer, complementarán y enriquecerán este blog. La solución es la participación. Gracias.