“¡CÓMO DESTRUIR A UN PAÍS!”

 

“¡CÓMO DESTRUIR A UN PAÍS!”

Un País es el lugar donde nacimos, crecemos y vivimos.

El País es la tierra que nos cobija con amor de madre y como Patria común de todos sus ciudadanos.

“¡El amor a un País es una necesidad existencial de todo nacido agradecido!”

Se puede, y hasta se debe, tener respeto y consideración a todas las opiniones e ideas, honestas y leales, que fortalezcan a la verdad.

Como también despreciar y atacar a quienes, por razones enemigas de la unidad nacional, defienden una idea que quieren convertir en realidad.

Quien divide y resta tratando de disminuir la grandeza y la unidad de un País, fomentando la violencia, o hasta el odio, es un enemigo que hay que aislar por el daño que pueda causar a la convivencia humana.

Entre los mejores aislamientos está el no hacer aprecio y consideración a quienes quieren dividir sin justa razón. Aislarlos con la verdad y la razón.

Entiendo, comprendo y hasta defiendo a quien tenga razones fundamentadas en la verdad y en la realidad de estar perjudicado, maltratado, vejado, aislado y reducido en sus derechos, para luchar por conseguir imponer la verdad ante el daño causado, exigiendo la reparación de ese daño, para lo que tiene y debe tener el apoyo de los demás.

Pero una cosa es exigir la reparación del daño causado y otra alegar el independentismo por creerse mejor que los demás. O creer que estaría mejor vivir cada uno por su cuenta.

Creerse mejor que los demás, y creer que estaría mejor creando otro país y destruyendo o mutilando el suyo, auspiciando el independentismo, es una aberración y un daño gravísimo a sus conciudadanos y hermanos por las diferencias que crean en su propia familia, amigos y en la comunidad a la que pertenece.

La Patria es la madre de todos los ciudadanos, que cobija y protege a todos sus ciudadanos honestos consigo mismo y con los demás.

La Patria, el conjunto de la sociedad que ha compartido cultura e historia viva, ama a sus hijos como las madres y está dispuesta hasta a dar su vida por la vida de sus hijos. Y los hijos y ciudadanos de un País deben de estar dispuestos a dar sus vidas por la concordia y la unidad nacional.

Renegar de su Patria es algo merecedor del repudio personal y social de los que aman a la Patria como aman a sus conciudadanos.

Los honestos, sinceros y verdaderos ciudadanos luchan por el bien de todos en el presente y en la búsqueda de un futuro mejor.

"¡Cómo destruir a un País!" Tratando de dividir en vez de sumar y unir.

"¡Cómo destruir a un País!" Reclamando la independencia de un territorio alegando diferencias y malos tratos cuando no es verdad.

"¡Cómo destruir a un País!" Fomentando el odio y el rencor sin tener ninguna razón. Nunca hay razones para odiar.

"¡Cómo destruir a un País!" Por falta de amor a la tierra que le vio nacer y que le permitió crecer.

Los independentismos que no están fundamentados en graves agravios, reales y verdaderos, son enemigos de la Patria que los vio nacer y crecer. Cuántos intercambios entre territorios y cuánta historia vivida juntos. Unos han vivido y sufrido para otros y otros han sufrido y vivido para unos. Cuánta cultura y vida común. 

Los independentistas que reclaman la independencia, por ideas y creencias personales, muchas veces por grandes egoísmos, son unos enemigos de los demás ciudadanos.

La tierra y el País que nos vio nacer es nuestra Patria y lo será por siempre, como lo ha sido desde que existe esa tierra y esa Patria que nos cobijó y protegió.

La Patria es la tierra donde nací yo, donde nacieron mis hijos y en donde quisiera morir yo.

La Patria es la tierra donde hemos nacido y hemos sido criados como hermanos.

El independentismo es un mal que hay que atajar, para que no haga más daño. Que no perjudique a nadie. Amemos y protejamos a nuestra Patria con amor, agradecimiento y sincero respeto.

La Patria es el lugar donde nacimos y vivimos con el resto de los conciudadanos, compartiendo la hermandad y la tierra en la que todos hemos nacido.

"¡Cómo destruir a un País!" Con los independentismos.