viernes, 29 de abril de 2022

“CONVERTIR UN DIÁLOGO EN PELEA”

 

“CONVERTIR UN DIÁLOGO EN PELEA”

Convertir un diálogo en una pelea demuestra una falta grave de valores, como, por ejemplo, la educación y el respeto debido.

“¡La educación modera y controla los impulsos del maligno!”

Ver y oír a determinadas personas alrededor de una mesa  -que se supone es una mesa de diálogo para la búsqueda de soluciones- puede ser deprimente y desalentador, y puede llegar a convertirse en algo aterrador.

Lo que debería ser un camino para la reconciliación, al menos para la búsqueda de soluciones, se convierte, por desgracia, en un galimatías de explicaciones inesperadas,  en el que los participantes se olvidan del motivo que les ha llevado a sentarse juntos.

La reunión se transforma en una pelea en la que se trata de acallar al que tiene el uso de la palabra, sin respetar y considerar al interlocutor.

“¡Reunirse para discutir y tratar de imponer ideas y criterios es hacerse daño a sí mismo y a los demás!”

¿Cómo hacerle comprender a mi interlocutor la realidad del momento? Eso quisiera saber yo. Si lo supiera, podría ayudar.

Por eso escribo: necesito recibir ayuda, información que me permita aclarar a quienes pelean y no discuten con educación, la forma de comunicarnos como personas educadas y respetuosas, para llegar a la solución.

Hay un refrán que dice: “¡Dos narigudos no se pueden besar!”

Hay quien le crece la nariz a lo largo de la conversación hasta el punto de competir con Pinocho.

“¡Dos narigudos no se pueden besar!” Es una realidad.

Convertir un diálogo en pelea pone en evidencia la falta de valores que dan el respeto y la consideración, por la educación.

“¡Nadie da lo que no tiene!”

Las personas que no tienen educación no deberían ser autorizadas a participar en debates, y menos públicos.

“¡Las peleas son todas feas!”

¿Cómo es posible que seres humanos -capaces de amar y sonreír- puedan dar un espectáculo tan aterrador, tan deprimente, y tan devastador, para convertir un diálogo en una pelea sin cuartel?

“¡La libertad es la facultad de expresarse con respeto y consideración hacia mi interlocutor!”

Hay quien no solo interrumpe, sino que trata de callar con sus gritos maleducados y llenos de odio y rencor. De esta manera aniquila la conversación, un diálogo lleno de AMOR Y AMISTAD.

¿Cómo se puede educar a un maleducado?  Eso quisiera saber yo.

En algunos países y pueblos el diálogo se ha obscurecido, y no sé dónde encontrar la luz que ilumine la realidad, la honestidad, y el respeto a los demás.

Soy un rezón. Rezaré para que la convivencia y los diálogos sean presididos por el AMOR Y LA AMISTAD, llenos y pletóricos del respeto, la educación y humildad.

Convertir un diálogo en una pelea no debería volver a suceder.

¿Qué hacer? Yo solo sé rezar.

Y ¿Usted?


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