“¡QUIÉN DA, RECIBE! ¡Y SI NO HA RECIBIDO, RECIBIRÁ!”
No hay que ser un adivino
para saber que quien da, recibe, y si todavía no ha recibido, recibirá.
“¡¡¡Se recibe de lo que se
da!!!”
Por muy ignorante que se
sea, conocemos las normas, costumbres y hechos que nos suceden de acuerdo a lo
que hacemos.
Quién reparte vientos
recibe tempestades. Sin lugar a dudas. ¡Que me lo digan a mí!
Como todo en este mundo,
hay excepciones. Las excepciones confirman la regla.
Vivir de espaldas a la
realidad es morir en el olvido, porque no vemos lo que nos viene de espalda
salvo que miremos, que entonces es estar en la realidad y no a la deriva.
“¡Quién da, recibe. Si no
recibe, recibirá!”
“¡¡¡Quien camina por el
sendero del egoísmo, del pasotismo, del indiferentismo, va seguro al precipicio
y al abismo!!!”
La vida es un constante
intercambio de opiniones, creencias, vivencias, ideas, sueños, esperanzas,
trabajos… y hechos que son necesarios para una vida normal.
Nadie vive solo, tampoco el
anacoreta. El anacoreta se relaciona con el ambiente, con lo que le rodea.
Vivir pensando en resolver
todo con el móvil y el ordenador, de forma virtual, por mucha técnica y domino
de la misma que se tenga, es una quimera: jamás lo virtual sustituye a lo real,
porque no hay nada que sustituya a un abrazo, un beso y una mirada con amor y
amistad.
“¡Quién da, recibe. Si no
recibe, recibirá!”
“¡Dar y recibir es de las
mayores satisfacciones que podemos tener!”
“¡El amor es un constante
dar y recibir para aumentar la felicidad y la feliz convivencia!”
Quien no da, no recibe.
Quien da recibe, y si lo hace con prodigalidad el resultado será espectacular.
Quien da recibe, y si no ha
recibido aún, recibirá de lo que ha dado y repartido, y puede que hasta con
prodigalidad.
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