"SER EMPRESARIO NO SE IMPROVISA"
Ser empresario no se improvisa, es una cualidad, una capacidad y un trabajo dignos de admiración.
El empresario honesto genera riqueza que necesitamos las
personas, en especial los
empleados, la sociedad y la nación.
Benditos y alabados sean los honestos empresarios, de ellos
surge el progreso y la
riqueza y contribuyen a la felicidad.
Ser empresario se es tanto con uno o pocos empleados como con
miles.
“¡La iniciativa privada jamás será sustituida
por el paternalismo de ideas
autocráticas!”
“¡El progreso de los pueblos nace y se desarrolla de abajo
hacia arriba!”
De arriba hacia abajo son los paternalismos y
las subvenciones
interesadas que son lacras sociales,
nacionales y mundiales.
Los paternalismos ahogan la honrada iniciativa privada y
generan la corrupción.
Los paternalismos, aún de buena voluntad, restan
valores a la
necesaria iniciativa privada.
Los líderes sociales y la administración pública son
necesarios, sobre todo para
cubrir necesidades y velar por la justicia social. Los líderes empresariales son necesarios
porque crean riqueza y dan trabajo.
Es un derecho natural a trabajar, a invertir, y a asociarse para trabajar. La iniciativa pública
debe siempre respetar la iniciativa
privada, y solo intervenir allí donde la iniciativa privada no llegue y sea necesario actuar, o
allí donde haya que corregir desequilibrios.
La iniciativa privada de los honestos empresarios crea
puestos de
trabajo, riqueza y coopera a la felicidad, que
permite incrementar la vida
material y también la vida espiritual.
Benditos y alabados sean los honestos empresarios, ellos son
el cimiento del bienestar personal, social, nacional y mundial.
Los honestos empresarios son el cimiento y el crecimiento del
bienestar de los empleados, sus familias, y de la sociedad.
Un empleado bien remunerado por su laboriosidad y honestidad
tiene la paz necearía para
aumentar su riqueza espiritual. Lo que es un bien personal y familiar que se extiende a
su familia y a su entorno social.
Todo ser humano tiene derecho a un puesto de trabajo
remunerado y considerado.
Todo ser humano tiene derecho a que se le valore por su capacidad y mérito.
Benditos y alabados sean los honestos empleados, ellos
realizan el trabajo
necesario para que la empresa funcione y cree riqueza para bien de la empresa, del empleado
y de la sociedad.
Todos no hemos nacido para ser empresarios. No todos tenemos
los mismos dones naturales
y capacidades naturales o adquiridas.
El empresario honesto merece ser reconocido, alabado, y tenerle
el mayor respeto y
consideración, por su inestimable aportación a la economía personal, social, nacional y mundial.
Benditos y alabados sean los honestos empresarios, de ellos
nace y crece el bienestar
que los seres humanos necesitamos, que necesita la sociedad y la nación.
Gracias honestos empresarios por su trabajo, iniciativa,
esfuerzo, ilusión y hasta
sacrificio, pagando justamente los impuestos y demás cargas sociales, invirtiendo su
tiempo, ilusión, recursos y bienes, y creando puestos de trabajo, riqueza y
bienestar personal, social y nacional.
“¡Los honestos empresarios engrandecen a la
sociedad y a la nación!”
“¡¡¡El empresario honesto no se improvisa, nace,
crece y se desarrolla para
aumentar la riqueza y la felicidad de todos!!!”
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