“¿A QUÉ ESPERA? ¿A QUÉ ESPERO?”
¿A qué espera? ¿A qué está
esperando? ¿Se siente satisfecho con su vida y sus hechos? Dichoso
usted si se siente satisfecho.
¿A qué espero? A seguir enfrentándome a mi
realidad intentando mejorarla.
¿Cómo es mi realidad? Seguro que igual que la de
los demás. Con la única y gran diferencia que es mi realidad, no la de los
demás.
Enfrentarme a mi realidad honestamente es la
ineludible obligación que tengo de considerar y admitir cuál es mi realidad y
actuar en consecuencia.
No sé lo que hacen los demás, y quisiera saberlo
para mejorarme.
Trato de ser justo en mi comportamiento de
acuerdo con mi realidad. Y siempre llego a la misma conclusión: lo he podido
hacer mejor.
Me educaron para ser crítico y honesto con mi
realidad. Y así lo creo y así lo vivo.
¿A qué espero? A mejorar y ser consecuente con
mi realidad y honestidad.
¿A qué espera? Usted me lo dirá.
Yo puedo seguir enumerando la cantidad de
errores y pecados que cometo a diario. Confío en la eterna e infinita
misericordia de Padre Dios y la bondad y el perdón de los seres humanos para
recibir el perdón que solicito con toda contrición.
¿A qué espera? Usted me lo dirá.
¿A qué espero? A ser capaz de vivir la
honestidad, lealtad y fidelidad para tener la alegría del bien hacer en la
tierra, y luego la eterna felicidad en la contemplación de Padre Dios.
¡Quien espera debe tener paciencia para no
desesperar y conseguir lo que espera alcanzar!
¿A qué espero? Yo lo sé.
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