“¡¡¡EL HOMBRE!!!”
Los hombres somos buenos por naturaleza, por educación, por creencias y por
valores. Hemos nacidos para ser buenos, felices y libres. Pero nunca para
utilizar la libertad con perjuicio de un tercero, que ya no es libertad.
¿Por qué
hago estas disquisiciones? Porque algunos hombres, últimamente, somos los
grandes detractores del bien y generadores del mal. Lo que unido a los pasotas
e individualistas fortalece al poder perverso.
La gran
fortaleza y autoridad del hombre está en hacer el bien participando
honestamente, y sin pedir nada a cambio.
Se necesita,
urgentemente, la participación honesta de la mayoría de los hombres, para
contrarrestar al citado poder perverso.
Necesitamos,
urgentemente, la participación honesta de todos los que están en el paro, en
especial de los que están cobrando una paga. Y no digamos los jubilados, que
tienen tiempo disponible. Nadie puede ni debe vivir sólo para él.
El cuerpo
humano necesita la actividad. La paralización de un miembro lo termina
anquilosando. Lo mismo nos pasa con la mente y con la actividad.
Si nos
paramos nos anquilosamos esperando aburridos, tristes e inactivos, a la muerte,
que llegará asombrada, viendo el tiempo que hemos perdido.
Los hombres
hemos sido abusadores del poder. Ahora, afortunadamente, con la libertad
presumida -aunque no real- tratamos de vivir acorde a nuestras
obligaciones…:ser honestos, solidarios y participativos.
La santidad
y la grandeza las hemos vivido a lo grande. ¡Qué enorme cantidad de hombres han
marcado la historia, los adelantos y el progreso! Hemos seguido avanzando, pero
ahora acompañados -ya casi al mismo nivel- de las mujeres, afortunadamente.
Aún no hay
la verdadera igualdad entre la mujer y el hombre. Cuando llegue, este mundo
será lo que tiene que ser, un paraíso.
Los hombres
tenemos la ineludible obligación de ser solidarios y participativos, porque el
poder y autoridad que podamos tener no es nuestro, es de todos, y a todos tiene
que ser devuelto, a todos tiene que volver en forma de buenos hechos.
La felicidad
está en compartir. Hemos sido grandes creadores de ideas, y ahora debemos serlo
de hechos.
Benditos
sean los hombres que dedican su vida a trabajar por los demás sin pedir nada a
cambio, de ellos es la autoridad, el bien, presente y el futuro.
Colaboremos
en el bien, repartiendo el bien, y con ello habremos cumplido con la inestimable
y necesaria honesta participación para la plena felicidad y la plena libertad.
Las mujeres
y los hombres, somos los privilegiados de la creación.
Correspondamos
con nuestra honesta participación en el bien, y la gloria, la felicidad y la libertad
serán la compensación.
Y tendremos nuestro hábitat y convivencia natural, por
ser unos honestos y participativos hábitatistas.
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