“¡ENTRE MÁS DOY MÁS ME SOBRA!”
He dicho y repito que no me cansaré de decir la maravillosa
vivencia de que cuanto más doy más me sobra.
¡Por favor! Le ruego que pruebe, que haga la experiencia de dar
con toda honestidad, humildad, desprendimiento y amor. Verá el resultado. No es
inmediato, porque tiene que demostrarse a usted mismo, como a los demás, que lo
hace convencido con todo amor y libertad, y sin pedir nada a cambio, sino por
el deseo de ayudar.
Dar y ver que se incrementa de lo que uno da, es la gran maravilla
de la vida terrenal, porque con ello se ayuda a los demás, se incrementa de lo
que se da y al igual la santidad.
Hay muchas cosas para dar: dinero, amistad, amor, cariño, ayuda…
Todas son formas definidas de dar: en la medida, forma y cantidad que damos, en
esa misma medida recibimos y nos aumenta de lo que damos.
La vida es una maravilla de valores y vivencias que si se pierden
por apatía, por pasotismo, por despreocupación, por no dar en general, es un
pecado de lesa humanidad.
Una de las mayores formas de perder la vida y su contenido es
pasar de todo y no dar y repartir de lo que tenemos y debemos dar para ayudar.
¡Por favor! No lo olvide.
¿Se es feliz porque hacemos felices?
Pruebe, con perseverancia, a dar amor, humildad, honestidad… con
prodigalidad de todo lo que tiene y recibirá con creces lo que ha dado y
regalado con honestidad y sin pedir nada a cambio.
Bendito y alabado sea usted por el regalo que hace en ayudar a los
demás sin pedir nada a cambio dando el amor y la ayuda con prodigalidad.
El
resultado, ¡Ya me lo dirá!
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