“¡¡¡ESCRIBIR!!!”
Escribir es la gran razón de mi vida.
Escribo tratando de informar.
La información es mi vía y la forma de comunicarme de mis vivencias,
creencias, y de mi amor a los demás tratando de ayudar.
Ayudar ha sido, y es el leitmotiv de mi vida.
“¡He aprendiendo, con mis años, que el dar es lo que nos hace mejor cada
día!”
Esta vivencia de la vida, ayudar, trato de transmitirla por el bien que
he recibido, que me ha ido mejorando como persona, y ha ido elevando mis
conocimientos, e intensificando mi amor a los demás.
La vida es muy corta para perderla en necedades, y menos aún en egoísmos
insanos, que amargan la existencia.
Escribir es el medio que tengo para tratar de expresar lo mucho que vale
la vida.
“¡Los años nos van enseñando, nos van enriqueciendo, y nuestros valores
se van reforzando!”
Comprendo, porque lo vivo, que creer a los demás no cosa fácil, porque
para creer en los demás se necesita fe, esperanza y caridad.
He tenido que aprender a vivir la virtud. Gracias a la ayuda de Dios,
pienso que, la lucha mantenida durante muchos años ha dado sus frutos. Al
menos, en el ámbito del conocimiento propio.
Sin humildad no hay posibilidad de transmitir, y que le crean a uno, por
muy buenos deseos que se tengan.
He intentado mejorar mi vida cada día.
No hay día que no haya aprendido algo nuevo y necesario.
¿Qué estoy aprendiendo hoy?
Que poner por escrito los deseos no es tan fácil como parece.
“¡Quisiera convencer que la humildad y el amor a los demás son el gran
cimiento de la felicidad y amplía, de manera exponencial, la libertad!”
No se es feliz por casualidad.
La felicidad es algo que se va labrando y creando cada día.
La libertad debe ser la vivencia, y el fundamento, que fortalezca y
aumente la felicidad.
Escribir tiene la ventaja que siempre se puede leer.
Releer es la virtud de los sabios y santos.
“¡Lo que se escriba debería servir para toda la vida!”
Escribir implica una gran responsabilidad.
Como creyente siempre rezo un Padre Nuestro antes de comenzar a escribir,
y cuando me trabo vuelvo a rezar otro Padre Nuestro, y el resultado es el que
usted está leyendo.
Por favor: no deje de decirme lo que opina sobre lo que he escrito. Si me
escribe, no solo me ayudará, sino que usted reforzará y ampliará sus
conocimientos y los míos, y habrá hecho una buena obra, que enriquecerá sus
sentimientos.
Gracias por leerme, y gracias por contestarme.
Que Padre Dios se lo pague, y lo incluiré en mis oraciones, por
tanto AMOR Y AMISTAD que reparte con prodigalidad.
Gracias de todo corazón.
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