“¿QUÉ ME QUEDA POR HACER?”
¿Qué me queda por hacer? Son tantas cosas, que trataré de resumir.
He tratado, por mis creencias y valores, de ser un servidor de los demás.
Pero esto no basta. Se necesitan hechos, y buscar la forma de convertir esos
hechos en realidad.
Mi gran fracaso ha sido no convertir en realidad lo que considero una
necesidad.
La palabra HERMANDAD ha sido una razón fundamental en mi vida. He
tratado, y sigo tratando, de convertirla en realidad.
El proyecto que considero más importante, y, que aún no he conseguido que
sea una realidad es: LA HERMANDAD DE LOS MONOTEÍSTAS.
Me agarro a la oración y a los sacrificios, y seguiré en el intento.
La Santísima Trinidad, la Virgen Santísima, el Ángel de la Guarda… me
ayudan de manera indescriptible.
“¡¡¡Mi insistencia en tratar de conseguir la citada HERMANDAD DE LOS
MONOTEÍSTAS viene del poder de la oración!!!”
“¡¡¡El poder de la oración de miles, de millones de personas, pidiendo
por la misma intención!!!”
Desaprovechar esa fe y esa oración conjuntas, lo considero una
irresponsabilidad y una pérdida de oportunidades. Precisamente ahora, que
tenemos tanta necesidades tan graves y perentorias.
“¡¡¡El Padre Dios, que amamos y adoramos todos, nos oye al instante!!!” Y
nos dará lo que considera mejor, sin olvidar nuestras peticiones.
Mi fe y mi experiencia me impulsan a seguir en esta lucha contra la
adversidad de no tener el medio de llegar a los dirigentes monoteístas.
Estoy seguro que si pudiese llegar a los dirigentes, me entenderían.
Estoy absolutamente convencido de que me entenderían.
Seguiré hasta el último suspiro tratando de llegar a los dirigentes
monoteístas.
Mis rezos y mi fe me ayudan poderosamente. También mi creencia en la
honestidad, la bondad y la santidad de las personas.
No pierdo mi fe, y seguiré en mis oraciones y sacrificios.
Seguiré rezando: “¡Padre Dios ayúdanos a convertir en realidad la
HERMANDAD MONOTEÍSTA para que, juntos, Te recemos por la misma intención!”
Algún día esas entrevistas con los dirigentes monoteístas se realizarán.
Y seguro que esa HERMANDAD MONOTEÍSTA será una realidad.
Hasta entonces seguiré rezando y publicando.
No solo lo tengo claro, sino creo que es una obligación.
Padre Dios escucha mi oración. Te lo pido de todo corazón.
¿Qué me queda por hacer? Seguir, rezar, y esperar.
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