jueves, 20 de mayo de 2021

“LA MALA ELOCUENCIA DE ALGUNOS SILENCIOS” “O NO CONTESTAR”

 


“LA MALA ELOCUENCIA DE ALGUNOS SILENCIOS”  “O NO CONTESTAR”

Algunas personas tienen la mala costumbre de no contestar a las preguntas. Lo suelen hacer como demostración de no estar de acuerdo con la pregunta, o porque quizás quieren otorgar con el silencio, pero sin atreverse a contestar.

El no contestar es incorrecto y de mal educado, irrespetuoso, además, deja en vacío algo que necesita una contestación, por eso le han hecho esa pregunta.

Las preguntas -si son honestas- necesitan respuestas. Y cuando no las hay, malo. Puede ser la mala costumbre del preguntado, que no se atreve o no le conviene -normalmente por cobardía- contestar.

La honestidad  y la buena educación son lo opuesto al silencio ante una pregunta de quién tiene derecho y buena fe al hacerla.

En esas circunstancias, nunca, quien nos pregunta,  debería irse sin una honesta respuesta.

Por supuesto nadie da lo que no tiene. Damos lo que tenemos.

Las personas que suelen no contestar, muchas veces, no tienen la culpa, son como los han educado. Es la gran responsabilidad -una vez más– de los padres, en la honesta educación de los hijos, darles valores.

Claro, quien no tiene no puede dar. Se da lo que se tiene.

Si los padres, también, se comportan de esa manera maleducada, eso es lo que enseñarán o verán sus hijos. “¡Qué responsabilidad tenemos los padres!” Y no hay nada ni nadie que nos la quite.

La mala elocuencia de algunos silencios, es la respuesta que nunca se debe dar, por honestidad y buena educación, y por respeto a los demás.

Tampoco vale alegar que la contestación no era agradable. Las contestaciones son o no son agradables de acuerdo a la forma y manera de preguntar y de contestar. Siempre es posible contestar educadamente, y siempre se necesita y se quiere la contestación a la pregunta que se ha hecho, incluso para decir que no vamos a comentar.

Dios nos libre de quienes no contestan, o peor aún, de quienes responden con un insulto.

"¡El amor y la honestidad, no se improvisan, se aprenden desde niño y se desarrollan a lo largo de la vida!"

El ser humano educado, con esos valores éticos, morales o religiosos, contesta y con la rapidez que le es posible, sintiéndose satisfecho de su honesto comportamiento. Con el añadido de la alegría y el saber que recibe el contestado.

Hay quien, en puestos de autoridad, no contesta a la pregunta o a las preguntas que le han hecho, y añade, como respuesta, un insulto. Con eso demuestra una vez más que el cargo lo hace el que lo ocupa, y no que el cargo hace al que lo ocupa. El cargo no hace nada.

El espectáculo que dan algunas autoridades es vergonzoso.

¿Cómo es posible, que una persona maleducada, pueda ocupar un puesto de autoridad?

El espectáculo bochornoso, que dan algunas autoridades, es culpa de quienes les votaron.

La responsabilidad del voto no acaba en la urna, acaba en el final de la legislatura.

"¡El silencio como respuesta, es una contestación  deshonesta y de maleducado!"

¿Cómo una persona maleducada puede ocupar un puesto de autoridad?


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