“¡OBLIGACIONES TEMPORALES!”
DÍA DE SAN JUAN BAUTISTA.
Padre Dios y pone en
peligro su eterna salvación”.
Quien no trata de santificarse -que no es una
devoción sino una obligación- deja de aprovechar la inteligencia recibida,
no santifica a su prójimo, y no obedece a
Padre Dios.
La vida, la libertad, los hechos y la
experiencia, con honestidad y por el bien de los demás, dan la autoridad
de la verdad.
La autoridad nos llega o por los hechos y la
participación honesta que nos puedan hacer merecedores
de la maravillosa recompensa del respeto y consideración social -que eso es autoridad- o por la delegación
del pueblo que confía en nosotros.
Es una obligación de todo ser humano ganarse y
tener -por la solidez de nuestro honesto
comportamiento- la solidez profesional, familiar, social… que tiene todo el que tiene autoridad moral.
San Josemaría Escrivá dijo: “la competencia y la
seriedad con que se debe realizar el trabajo
profesional se convierte así en un candelero que ilumina a colegas y
amigos”.
San Pablo escribió a los primeros cristianos de
Filipo exhortándoles a que viviendo en medio de aquella generación
apartada de Padre Dios, brillaran como “luceros en
medio del mundo”.
Sin la honesta participación social (tan
cacareada por mi), no hay solución a las obligaciones
temporales.
“¡¡¡Las normas y leyes de convivencia no son
otra cosa que la honesta participación!!!”
Las obligaciones temporales son ineludibles e
inaplazables.
Vivimos en un mundo con un porcentaje alto de
pasotas e individualistas, totalmente despreocupados, faltos de caridad y
de libertad que están degradando no solo las necesarias,
buenas, cordiales y fraternales relaciones entre nosotros, sino que
además están destruyendo nuestro hábitat natural con todas las
consecuencias de inhabitabilidad del aún maravilloso Planeta Azul.
“¡Hasta tanto no haya una mayoría de habitatistas
-y como tales participativos y honestos- ni se cumple con las
inexorables obligaciones temporales, ni se encuentra la felicidad y la
libertad para la que hemos nacido!”
“¡Cumplir con las obligaciones temporales es hacer el bien
personal y social sin pedir nada a cambio, y es de donde nacen la
felicidad y la libertad!”
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