“¡QUÉ REMEDIO HAY PARA LA TRISTEZA!”
“¡Qué remedio hay para la tristeza!” La fe con
amor.
¿Qué es la fe? La fe es la creencia, la
confianza que ponemos en una persona o en Dios.
La palabra fe
proviene del latín, "fides", que significa lealtad, fidelidad,
amor.
Los creyentes tenemos fe en un Dios que es
Padre, infinitamente bueno y misericordioso, que nos hizo sus hijos, seres
libres, hermanos unos de los otros.
¿Qué remedio hay para la tristeza? Creer. Creer
en el amor a los demás, y, en especial, creer en el amor de Dios. Sea creyente
o no.
¿Qué es la tristeza? El diccionario la define
como la cualidad de la persona triste.
Para mí la tristeza es el estado producido por
algún acontecimiento desagradable que trastorna los sentimientos.
“¡La tristeza es una mala consejera!”
No debemos, bajo ningún concepto, dejarnos
llevar por la tristeza.
La tristeza nos inclina al abatimiento, a
sentirnos mal del espíritu,
y nos puede poner en situación de angustia.
Siempre hay que abatir la tristeza, arrinconarla
como algo que no solo no nos beneficia, sino, todo lo contrario, nos hace
perder el sentido de la realidad.
La realidad puede ser triste por hechos y
acontecimientos que provocan los hombres, en especial los que tienen autoridad.
“¡La gran responsabilidad de la autoridad es
velar y luchar por la felicidad y la libertad de su pueblo!”
“¡Quién atente a la felicidad y a la libertad es
un enemigo social y, según la autoridad, es una enemigo nacional!”
“¡Quitarle la fe a un pueblo es ser no solo
aliado del mal, sino un esclavo del mal!”
Haberlos, los hay.
¿Qué hace un pueblo cuando tiene a una autoridad
dominada por el mal?
¿Se resigna? ¿Se indigna? ¿Lo acepta sin más?
¿Cómo es su pueblo?
Tengo fe en mi pueblo, pero no se cuál es la
realidad del momento.
Pero ¿qué soy yo en mi pueblo? Uno más.
Sí, en mi pueblo existe autoridad dominada por
el mal ¿Cómo debe reaccionar mi pueblo? ¿Aceptar? ¿Estar de acuerdo? O
¿Revelarse?
¿Qué es un pueblo? ¿El que acepta sin más? ¿El
que está de acuerdo? O ¿El que se revela si se hace algo mal?
Esas son las preguntas que me hago por la fe que
tengo en mi pueblo.
¿Cuál es la respuesta correcta?
No lo sé, porque estoy desorientado.
Pocas veces he dudado de mi pueblo.
Creo que ahora dudo.
Solo el tiempo lo dirá. Lo que haga mi pueblo,
sea bueno o malo, a todos nos afectará.
“¡Qué
remedio hay para la tristeza!” La fe y el amor.
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