“¡LA TRISTEZA DE LA ESCLAVITUD!”
No ha
desaparecido la esclavitud, existe.
Hay muchas
maneras de ser esclavo, y todas producen los mismos efectos: la tristeza y la sumisión
sin condiciones.
Por supuesto
hay tristeza cuando hay conciencia de la realidad.
Porque se
puede ser esclavo, y no importarle, por la aceptación de sus circunstancias, quizás
una aceptación no voluntaria y forzada, o por no querer averiguar las razones
de esa situación.
La mayor de
las esclavitudes es el pecado. El mal ata con cadenas, el vicio oprime y
esclaviza. Le sigue la esclavitud del poder perverso, que es un pecado social,
político, comercial...
Repetiremos esto
hasta la saciedad, para que exista el conocimiento de la realidad de la
esclavitud que vivimos todos hoy en día, incluso los mismos que esclavizan se
encuentran en esa situación. Y todo originado, dirigido y repartido por el
poder perverso.
"¡El
poder perverso es aquel cuya meta es ganar y tener dinero y poder, a costa de
lo que sea! Normalmente a costa del ciudadano que se consideraba libre.”
Para el
perverso el fin justifica los medios.
La libertad
es uno de los mayores dones que hemos recibido.
Sin libertad
no hay responsabilidad ni felicidad.
Lo primero
que conculca y quita el poder perverso es la libertad.
¿Usted se
siente libre? ¿Por qué?
Todos
debemos saber nuestra realidad, la que vivimos, y no me importa ser reiterativo.
Pero no seré pesado.
¿Usted se
siente libre? ¿Por qué?
La tristeza
de la realidad es la esclavitud que acepta el pasota, porque no lucha, sino que
acata.
La tristeza
de la realidad es que donde dicen que hay libertad existe en su lugar esclavitud
y existen esclavos.
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