“¡¡¡TODOS ESTAMOS LLAMADOS A CUMPLIR UNA MISIÓN!!!”
Todos, sin excepción, estamos llamados y
obligados a cumplir una misión en este mundo.
Si somos consecuentes con esa obligación,
aumentamos nuestra felicidad y la de los demás.
Desoír la responsabilidad y la obligación de
cumplir con la misión que se nos ha encomendado, desde toda la eternidad, es
ser un irresponsable. Una irresponsabilidad cuyo precio es el olvido.
“¡El olvido es la vivencia del mal en la
realidad!”
“¡Pasar al olvido es desaparecer de la vida de
los demás!”
Los demás somos todos. Si no convivimos con los
demás, estamos solos.
Todos estamos llamados a cumplir una misión
que, solo usted, o yo, o quién sea, puede y debe realizar.
Perder la ocasión de ser leal y obediente a la
misión que debemos realizar es perder la vida y dejarla sin valor y sin
contenido.
La vida, esa maravilla que se nos ha dado, hay
que llenarla de valor y contenido, y dentro de ese contenido está la misión
para la que hemos nacido.
Todos tenemos que buscar y encontrar la misión
que tenemos que desarrollar. No pierda la ocasión porque le pesará.
No se puede vivir de espaldas a la misión que
debemos desarrollar.
Es una obligación y, como tal, es de obligado
cumplimiento.
Claro que, antes que nada, debemos buscar cuál
es nuestra misión. Si la buscamos con toda honestidad la encontraremos para
desarrollarla y cumplir con la obligación de ser consecuentes y honestos con
nosotros mismos y con los demás.
Todos estamos llamados a cumplir una misión,
no lo olvide, porque su felicidad está en relación directa a su obligación.
Sea feliz y viva con alegría cumpliendo con su
misión.
La misión le realizará y vivirá con felicidad.
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