“¡A USTED!” QUE ME LEE.
"¡A usted!" Que me lee, tengo que comenzar por
agradecérselo de todo corazón. Es un gran honor, y aumenta mi responsabilidad.
Espero ser merecedor de su grandeza y corazón.
La realidad actual se está convirtiendo en un problema grande y
grave.
La despreocupación personal, el pasotismo, el egoísmo personal y
generalizado, esto no va conmigo... son circunstancias de las que se aprovecha
el mal. Y si esos comportamientos son de la mayoría el mal resultará vencedor.
Somos seres sociables, comunicativos y que nos necesitamos.
Vivimos en medio y junto a otras, muchas o pocas, personas que
las necesitamos y que nos necesitan. Aunque creamos lo contrario.
Desoír la potente voz de nuestra conciencia –que nunca duerme-
es caminar por el sendero de la soledad, que nos lleva a la amargura del
egoísmo, aislándonos más allá de la inevitable soledad de los más mayores.
El amor a los demás es el bálsamo que cura todas las
enfermedades, físicas y mentales, que son causadas por el mal.
Amar es oír y comprender.
Amar es compartir y ayudar.
Comprender y ayudar, por el amor, es la manera de llegar a la
felicidad.
La felicidad individual y solitaria no existe.
La felicidad es compartir el amor, y si es con los demás, se
llega a la gloria terrenal. "¡Pruebe y verá!"
"¡A usted!" Que me honra leyendo mis escritos, y que me
impulsa e inspira a seguir escribiendo, aumentando el gozo de la amistad, que
es mi felicidad.
A usted le tengo que agradecer –lo que nunca podré pagarle- el
haber llegado a sentir y vivir la real y verdadera felicidad, que es la que se
tiene cuando se piensa en los demás y se intenta hacer algo por ellos.
El presente lo creamos en cada momento de la vida. Y tenemos la
facultad de modelarlo de acuerdo al destino que le demos por la libertad
personal de cada uno.
Su amistad, su lectura, sus comentarios, todo lo que usted haga
con mi lectura nos ayuda a todos, fortaleciendo el amor y la felicidad entre
nosotros.
Amar y compartir el amor y la felicidad es la cumbre a la que
hay que escalar para vivir el presente con plenitud del amor y de la felicidad,
mirar al presente y al futuro con esperanza e ilusión en lo que será un mundo
mejor.
Compartir el amor y la felicidad, si se le añade la amistad, nos
engrandece y nos convierte en un poco de luz que ayuda a ver y un buen ejemplo
que todos debemos dar.
El presente lo construimos cada momento que vivimos.
De nosotros depende el camino que escojamos; o busca la triste
soledad o busca la compañía de los demás.
"¡A usted!" Que me lee: oiga su conciencia. ¿Qué le
dice?
Los valores que tenemos son los que dan contenido y valor a la
vida. Y los podemos rellenar con el amor a los demás, para, así, encontrar la felicidad
plena.
La libertad, esa casi sagrada virtud y oportunidad, nos da la
oportunidad de elegir entre el bien o el mal. Nos da la ocasión para elegir
siempre el bien.
Por la libertad y esos valores que usted tiene, si encima a ama a
los demás, llegará a la felicidad plena. Y si esa libertad y ese amor a los
demás los comparte con los demás, llegará el cenit de la felicidad.
"¡A usted!" Que me lee. ¿Cómo convencerle? Por favor:
pruebe y verá.
Le garantizo que su vida se llenará de valor y contenido, y el
sol no solo brillará, sino que iluminará su camino.
"¡A usted!" Que me lee. Por favor: piense, medite y
actúe con amor, y gozará de la plena felicidad en libertad.
Y alcanzará lo que todos aspiramos: libertad, felicidad y el
amor de los que nos rodean.
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