viernes, 13 de mayo de 2022

“¡LA ALEGRÍA ES FRUTO DEL AMOR!”

 

“¡LA ALEGRÍA ES FRUTO DEL AMOR!

La alegría es fruto de amor, cuando el amor da frutos de honestidad y participación, y los compartimos como solución a los males de los demás.

La alegría es fruto del amor. Sin amor no hay alegría.

Amar es llenar el corazón de alegría, repartirla y gozarla.

Amar en compartir, y si se comparte con honestidad y participación se alcanza el bien merecido.

El desprendimiento es un fundamento de la alegría. Para tener desprendimiento de los bienes materiales, se necesita una atención constante y un amor en desarrollo.

Hay un deseo de "tener y tirar" preocupante, de gustar y de poseer todo aquello, incluso con problemas de falta de recursos, de todo lo que se nos apetece –por la sumisión a la propaganda y por poco criterio personal– con un afán desmedido y hasta incontrolado.

Para tener la alegría que necesitamos tenemos que ser desprendidos.

Los bienes materiales pueden ser bienes si se utilizan con un fin superior: educar a los hijos, sostener a la familia, adquirir más cultura para ayudar a los demás…

Hay que alegrarse de ser recatado y comedido en los gastos, en especial en los superfluos, y cuando son gastos de representación ahí la medida es cortísima, dineros no propios, y no digamos si son dineros de la comunidad.

“¡Seamos alegres siendo pobres en la abundancia!”

San Agustín decía: “lo superfluo de los ricos es lo necesario de los pobres. Se poseen cosas ajenas cuando se poseen cosas superfluas”.

La alegría surge de la mortificación, del sacrificio por el bien de los demás, sin llegar a extremos por creer que los adornos de nuestra casa, en especial si se distinguen por el buen gusto, es vanidad.

Nuestra casa debe ser el lugar de ensueño para vivir, por supuesto, de acuerdo a los medios da cada uno.

La alegría se desarrolla cuando no nos creamos falsas necesidades, y cuando si no las tenemos cubiertas no nos causa agobio.

“¡La alegría es no crearse necesidades!”               

San Josemaría Escrivá decía: “Pídele a la Virgen Santísima que te conceda, en medio del mundo, un efectivo desasimiento sin atenuantes”.

“¡¡¡La alegría es fruto de amor, cuando el amor da frutos de honestidad y participación, y los compartimos como solución a los males de los demás!!!”


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