martes, 24 de mayo de 2022

“¡LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA!”

 

“¡LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA!”

Todavía hoy, el principio de presunción de inocencia se aplica mal, o ni siquiera se aplica. Y es un principio fundamental en la vida personal, familiar, y social.

De la misma manera que es un pecado acusar sin razón, también debería serlo negar la presunción de inocencia.

Trabajar para los entes públicos y ser político es ocupar uno de los puestos de mayor honor en la sociedad. Es un gran honor. Quien falta a él es reo de proscripción (infamia), aparte de las penas judiciales que le correspondan.

Los seres humanos somos buenos por naturaleza.

El mal suele tener mayor influencia en los mal educados, o en los que han sido educados sin valores éticos ni religiosos.

Quien no aplica la presunción de inocencia actúa mal, porque puede llegar a perjudicar de manera considerable.

Tanto los entes públicos como los políticos - sin excepción – están al servicio del ciudadano. Son los garantes del buen proceder del servicio al público, y los poseedores de ese gran honor y autoridad.

Hoy, todos los entes públicos y los políticos ¿están al servicio honesto del ciudadano, sin pedir nada a cambio?

¿Aplican todos los entes públicos el principio de la presunción de inocencia por esa obligación de ser servidores de la comunidad?

La presunción de inocencia impone a los servicios de los entes públicos y a los políticos una gestión honesta, completa y rápida ante cualquier solicitud del ciudadano.

Por este principio, el ciudadano que acude a solicitar algo, tiene que ser atendido: lo antes posible y con el mayor esmero. Solucionando su solicitud o llevándolo a quien lo haga. ¡Jamás el "venga usted mañana"!

Los entes públicos, como los políticos se crearon para servir al ciudadano, no el ciudadano para servirlos.

La falta de presunción de inocencia es una de las causas que disminuyen, incluso gravemente, a la libertad.

Por supuesto: tiene que existir un pueblo educado que no exige maleducadamente, sino que pide lo que necesita por favor y con una sonrisa.

No se puede exigir a los demás lo que uno no hace.


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