“¡¡¡LAS VIRTUDES DE CONVIVENCIA!!!”
Las virtudes que podemos desarrollar y
poner en práctica para mejorar la convivencia son muchas. Una de ellas es hacer
lo posible para no disgustar a los demás.
Así como el egoísmo tiene un impacto
negativo en la convivencia, la gratitud tiene un efecto muy positivo: es una
gran señal de nobleza, y es un lazo fuerte en la convivencia.
“¡Qué importante es la educación para
la convivencia!”
Oigo, veo y.… me lleno de esperanza.
Estamos mejorando, afortunadamente. Suelo oír la palabra “señor”, lo que antes
algunos consideraban muestra de servilismo. Mejoramos, sin duda.
Pero se necesita más: hay que tratar de
intensificar las virtudes de convivencia.
La sinceridad, la nobleza y no juzgar a
los demás.
El trabajo honrado, productivo y
correctamente remunerado.
Estas y otras virtudes favorecen una
convivencia feliz en la familia, en el trabajo, en la calle etc. etc.
Debemos practicar la gratitud, esto es:
el recuerdo afectuoso de un beneficio recibido junto con el deseo de devolverlo
de alguna manera.
Dar las gracias siempre, intentar
agradecer de forma manifiesta.
Decía Santo Tomás que “el mismo orden
natural requiere que quien ha recibido un favor responda con gratitud al que le
ha beneficiado”.
Cuesta muy poco ser agradecido y dar
las gracias. Con ello se hace mucho bien, porque se crea un ambiente de
relaciones cordiales.
Reconocer los favores y pequeños
servicios recibidos, tales como: que la casa está limpia, el trabajo bien hecho,
la ayuda del compañero etc.... Y si cualquiera de estas cosas no estuviese bien,
y no se debiera a la falta de buena voluntad, disculparlas.
Ampliar el número de amigos. ¡Qué bien
lo hacen las Redes Sociales¡
La amistad, cuando es verdadera,
resiste bien las diferencias incluso de edades, lo digo por experiencia.
Es imprescindible el respeto, que consiste
en valorar a los demás y también valorar las cosas.
Respetar la Naturaleza -que es nuestro
medio- para vivir de forma natural.
La afabilidad, el ser amables. Cuesta
poco y, a veces, lo que los demás esperan es apenas una buena palabra.
Intentar no pasar de largo con quien
uno puede comunicarse.
El elogio oportuno, equilibrado. ¡No
hay por qué callarlo!
En resumen: dulcificar la convivencia.
Con estos deseos y hechos el mundo
brillará. Desaparecerá la obscuridad que hoy inunda la vida personal, familiar
y social, por las circunstancias económicas, por la mala gestión y la
falta de honradez y, en especial, por la falta de valores éticos o religiosos.
Nunca mejor dicho, para todo hay
solución: la participación de cada uno de nosotros en dulcificar el ambiente
con comportamientos educados
De usted, de mi depende, y también del
vecino.
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