“¡¡¡DESCONECCIÓN ENTRE GENERACIONES!!!”
Tengo 92 años. Hoy en día las diferencias
entre generaciones son cada vez mayores.
Nunca ha habido tanta información y ésta
ha circulado de manera tan rápida. Paradójicamente, nunca ha habido tanta
desconexión entre generaciones. Y esto me preocupa.
Los viejos podemos aportar algo a las
siguientes generaciones.
Personalmente me siento más válido hoy que
cuando era joven. Es la experiencia, no es otra cosa. “¡¡¡La vejez es la madre
de las ciencias!!!”.
Se dice que el diablo es más sabio por
viejo que por diablo. Algo hay de razón.
Sigo y seguiré insistiendo en la necesidad
de relacionarnos. De compartir nuestras inquietudes y conocimientos, con
el único propósito de ayudarnos.
Los viejos necesitamos a los jóvenes, son
nuestra ilusión, el recreo de la familia, y el futuro de la nación. Y, además, los
queremos mucho.
“¡Los seres humanos somos sociables, lo
que implica relación!”
El aislamiento y la separación generan
desilusión, pena y profunda tristeza. Y, lo que es aún peor, incomprensión.
Esto deben saberlo los jóvenes.
Si Dios quiere, también llegarán a ser
mayores, viejos, ... como yo. Podrán estar en activo, como afortunadamente lo
estoy yo, y al mismo tiempo preocupado por ustedes. Lo mismo les pasará a
ustedes.
Quiera Dios que así sea. La incomunicación
entre generaciones no es natural. Es perjudicial para la humanidad y para la
propia felicidad generacional.
Siempre nos necesitaremos los unos a los
otros.
Desconfío de quien desoye y rechaza la
cooperación. Quien así actúa, me da la sensación de que no ama.
¿Acaso hay mayor satisfacción que querer,
que amar al ser humano? Sólo lo supera el amor a Dios. Amor a Dios, amor a
las personas, amor a la libertad, la participación.
He intentado construir mi vida sobre
cuatro pilares: Dios, la familia, los amigos y la comunidad. En la medida que
me he relacionado con ellos, en esa misma medida ha aumentado mi felicidad. No
sé vivir, ni quiero vivir sin ellos: son parte integrante de mí ser, de mi
actuar y de mi respirar, de mi vivir.
Les recomiendo a los jóvenes cimentar sus
vidas en valores éticos o religiosos, para tener una vida llena y compartirla:
fundamentos de la libertad y la felicidad.
Los jóvenes no deben olvidar,
principalmente, dos cosas:
- “los humanos somos seres sociables”
- “y no hay libertad y felicidad sin la relación
y la participación”
Reitero el profundo cariño que les tengo,
admiración y esperanza en que podamos compartir conocimientos, alegrías,
vivencias y experiencias.
Y podamos sentirnos realizados, felices y
libres, porque estamos o hemos cumplido con el primer mandamiento: Amar a Dios
sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mimos.
Pocas veces he tenido tan pocas visitas al
blog. Parece que el tema interesa poco. Me preocupa. Seguiremos intentando
conectar con los jóvenes, lo creo absolutamente necesario e imprescindible para
construir un mundo mejor: aunque ellos son los arquitectos, no podrán hacerlo
si no nos tienen en cuenta.
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