“¡EL BIEN Y EL MAL EN LA LIBERTAD!”
“¡El bien y el mal son vivencias,
sucesos, en los que intervienen los actos personales y los actos de los demás!”
Ni el bien ni el mal surgen por
casualidad. Hay hechos, como la enfermedad, que pueden ser producidos sin
necesidad de la intervención personal de nadie; a esto no lo podemos llamar el
mal. Es un mal relativo, es la ausencia de un bien vital como la salud. Pero la
persona es más compleja que su estado de salud.
La enfermedad tiene un fin, pero
desconozco su utilidad. Podemos imaginar varios.
Hay hechos más allá de la
intervención de las personas y con efectos dañinos -pensemos en un desastre
natural- que los debemos diferenciar del bien y del mal.
“¡El bien -como el mal- se origina,
normalmente, por la intervención personal!”
Recogemos lo que sembramos. Por eso
es tan importante la educación en valores de las personas.
La honestidad es el gran cimiento
del bien y el gran enemigo del mal. “¡¡¡Se es honesto por amor!!!”.
“¡¡¡El amor es el gran fundamento
del bien!!!”
“¡¡¡El odio es el gran fundamento
del mal!!!”
Sembremos el bien ayudando a los
demás para eliminar el mal. Si se hace con buena voluntad trasciende más allá
del bien concreto hecho a los demás.
“¡¡¡El compartir es otra forma de
tener el bien o el mal!!!”
“¡¡¡La honesta participación en la
vida social sigue siendo la gran solución para eliminar el mal e incrementar el
bien!!!”
“¡¡¡Amar apasionadamente es de tal
importancia que anula el mal!!!”
El amar se ama con el bien y al compartir el
bien se incrementa la felicidad, incluso la libertad.
Amemos con hechos de amor y la luz
de la felicidad brillará más allá del mal, lo ocultará, para dejar el bien como
cosa natural.
“¡¡¡Benditos sean los que aman
apasionadamente porque ellos son los que reparten el bien ocultando el mal, y entonces
el mundo y la vida serán lo que tienen que ser: la plena felicidad en la plena
libertad!!!”
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