“¡¡¡LA HUMILDAD!!!”
El nombre de humildad viene del latín humus, tierra, y significa según su etimología, inclinarse hacia
la tierra. Maravilloso comportamiento.
La Humildad es una virtud fundamento de todas las demás, y
consiste, esencialmente, en inclinarse ante Dios, en reconocer que todo lo que
tenemos de bueno o lo que de bueno hacemos o se manifiesta en el amor a los
hombres de viene su ayuda.
Es la que sazona todos nuestros actos, aumentando su valor
Debe ser la virtud que se adueñe del corazón humano y haga que
nuestros actos trasciendan más allá del valor de un normal comportamiento.
La humildad es el único modo de crecer en el amor a Dios y a los
demás. Para creyentes como para no creyentes.
La Humildad conquista el corazón de los humanos y es lo que hace
que cara a Dios nos acerque a lo divino.
Es la base sobrenatural de todas las virtudes.
Evita y anula la tendencia a querer ser admirados, lo que aleja de
las miserias humanas de la vanidad y el desprecio de los demás.
Sin humildad es imposible crecer en el amor.
¡Constantemente me persuado que la humillad auténtica es la base
sobrenatural de todas las virtudes!
Esta virtud, además de reprimir los impulsos de la soberbia, del
egoísmo, de la ambición, de la vanidad (que tanto nos atraen). Consiste en que
nuestra presencia ante Dios y ante los demás es ser lo que en verdad somos.
La humildad se funda en la verdad, en la realidad, y para los
católicos en la certeza de la infinita distancia que existe entre nosotros y
nuestro creador, Dios.
Cuanto más elevada está la criatura más debe comprender esa
distancia que separa al hombre de Dios, y ser más humilde.
Y por eso Nuestra Madre la Virgen Santísima es el paradigma de la
humildad.
La humidad nos hará descubrir que todo lo bueno que existe en
nosotros viene de Dios, tanto en el orden de la naturaleza como en el de la
gracia.
Aunque lo especifico nuestro es la flaqueza y el error. A la vez,
nada tiene que ver esta virtud con la timidez, con la pusilanimidad o la
Mediocridad. Los santos han sigo hombres magnánimos: con el corazón grande; humildes,
pero a la vez audaces.
Aunque la humildad es el fundamento de todas las virtudes, lo es
de un modo muy particular de la caridad, tan necesaria en estos momentos faltos
de valores.
En la medida que nos olivamos de nosotros mismos, podemos
preocuparnos de los demás y atender sus necesidades. Que es lo que hace
CARITAS.
Por el contrario, la soberbia es la raíz y madre de todos los
pecados, y el gran obstáculo al desarrollo de la bondad y de la felicidad.
La soberbia y la tristeza suele ir de mano, mientras que la
alegría es patrimonio de las almas humildes.
Vivamos la humildad, daremos ejemplo, y ayudaremos, de forma
exponencial, a este mundo mediatizado y amordazado por la falta de valores
éticos o religiosos, y, como consecuencia, falta de humildad. Y la paz, la
bondad, la libertad y la felicidad brillaran con el fulgor de la humildad,
habremos creado el mundo que necesitamos, un mundo mejor.
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