“¡¡¡LOS RECUERDOS!!!”

 

“¡¡¡LOS RECUERDOS!!!”

“¡Los recuerdos son las vivencias del pasado no olvidadas!”

Olvidar el pasado es volver a cometer los mismos errores.

No se debe, pero se puede olvidar hasta el pasado.

He vivido con la tara de la falta de memoria. Esta falta de memoria me ha maltratado de forma constante y gravemente, pero no ha borrado muchos de los recuerdos del pasado que sigo teniendo y reviviendo.

No vivo el recuerdo o los olvidos del pasado con desesperación, sí con desconsuelo y arrepentimiento.

Vivo el presente basándolo en el pasado bueno.

“¡El tiempo y los recuerdos me han ido mejorando, eso creo, a lo que hay que añadir la educación que me dieron!”

Amar a Padre Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a mí mismo es leitmotiv, razón de mi vida y de mi existencia. No sé ni quiero vivir sin el amor a Padre Dios y al prójimo. Origen, causa y fin de mis recuerdos.

Vivo, aún, con recuerdos. Sueño, despierto y dormido, con mis recuerdos de haber amado y pecado. Con los recuerdos de los seres que he querido y que me han querido. Y a ninguno quiero olvidar, les sigo necesitando, sin ellos mi vida sería el vacío, sin contenido, porque los seres que he querido y me han querido fueron los que mi hicieron vivir la felicidad y compartir la libertad.

Los recuerdos son el cimiento del presente.

Los recuerdos fortalecen mi existencia dándole fuerza, vigor y fortaleza, y para pedir perdón por mis pecados.

¿Cómo se puede vivir el presente olvidando el pasado? Se caminará sin rumbo ni concierto. El contenido de la historia fortalece y engrandece la existencia del hoy, del ayer y del mañana.

Los recuerdos son fundamento de mi existencia de hoy y seguirán siéndolo mañana, para recordarlos y para pedir perdón.

Olvidar mis recuerdos es dejar sin valor mi vida.

No quiero olvidar mis recuerdos. Quiero fortalecer mis recuerdos.

Sin mis recuerdos la vida es efímera, camino en el vacío, miro y no veo porque el olvido tapa mis ojos.  Y sin mis recuerdos no siento ni tengo la felicidad que necesito, y el ruego de pedir perdón.

Los recuerdos son el cimiento del presente, la base del futuro, y el camino en dirección correcta más allá de lo debido y de lo necesitado.

No quiero ni puedo vivir sin mis recuerdos.