“¡AYUDAR A GRABAR LOS NUEVOS VALORES!”
“¡No
pongo en duda que los jóvenes de hoy tienen valores, aunque algunos sean diferentes
a los de los mayores!”
La
diferencia no es obstáculo para la comunicación. A los de mi generación, los
que entonces eran mayores, nos enseñaron valores, en especial valores
religiosos. Y nos enseñaron a ser consecuentes con ellos. De igual modo, los
que hoy somos mayores podemos acompañar a los jóvenes en la búsqueda y la vivencia
plena de los valores.
El
ejemplo es muy importante. Nuestros actos deben reflejar nuestros
valores. Los actos de los jóvenes también deben ser la vivencia de sus
valores.
Los
valores no son teorías. La actuación de
unos y otros es lo que les da vida. El
crecimiento de oenegés pone de manifiesto que los jóvenes tienen valores.
¡Cómo siempre!
“¡¡¡Hay
integrantes de organizaciones actualmente, honestos e idealistas, con valores,
que deben ser ejemplo para los que no los tienen!!!”
¿Qué
ayudó a los de mi generación a fijar los valores?
La
educación de nuestros padres, su confirmación en los colegios y en el ambiente.
Desde
niños vimos, oímos y vivimos los valores. Aprendimos que aprender es necesario,
pero insuficiente: hay que esforzarse por poner los valores en práctica. Y
aprendimos que siempre hay tiempo para rectificar.
Los
niños de hoy deben ver, oír y vivir los valores.
Vivir
en y con valores no se improvisa.... Vivir en y con valores no termina
nunca.
Hay
que empezar desde niños.
“¡¡¡¡¡¡¡La
mayor obligación de los padres es transmitir valores a sus hijos!!!!!!!”
Nuestros
padres cumplieron esta tarea con esfuerzo, dedicación, constancia y cariño. No
conozco otra receta para los padres de hoy en día, y de mañana.
Ser
consecuentes: la coherencia es la pedagogía adecuada para enseñar y transmitir
valores.
¿Creyentes
no practicantes? Los que tenemos fe, sabemos que la incoherencia es estéril.
Creyentes
practicantes. Cuesta, no es fácil. Pero no estamos solos: confiamos en la ayuda
de la oración y de los pequeños sacrificios.
“¡¡¡Pero
educar en valores y vivir con valores también obliga a los que no tienen fe!!!”
Así,
unos y otros, colaboraremos a vivir aquello para lo que hemos nacido: ser
felices y libres. Solo lo seremos si
vivimos de acuerdo a nuestros valores, seamos jóvenes o mayores, creyentes o no
creyentes. Todos, pero sin olvidar la obligación que tenemos de ayudar a gravarlos.
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