“¡¡¡EL PROGRESO DE LOS PUEBLOS!!!”
El progreso de los pueblos es el que hacen sus ciudadanos.
El progreso no depende
solo del vecino.
¿De quién
creemos que depende el progreso?
El progreso, de
donde vivo, depende de mi parte alícuota e insustituible en la vida de la
sociedad.
Todos, sin
excepción, tenemos y estamos obligados a contribuir, con nuestra honesta participación
y unión, al progreso.
La globalización
es una maravillosa realidad. ¡Claro! Depende del comportamiento de la
humanidad, en donde, reitero, usted y yo somos insustituibles.
¿Hay progreso
personal, social, cultural, económico…? ¿Qué importancia e influencia tiene la
educación en el progreso?
La educación
tiene una importantísima importancia e influencia en el progreso personal y social.
La educación recibida de los padres, de valores éticos, morales o religiosos.
El progreso
social es la suma de los progresos personales. Se progresa en la medida en que
la cultura es vivida, recibida y repartida.
El progreso
cultural e intelectual depende de unos padres educados y educadores. De la
responsabilidad, conocimientos y honestidad de los educadores y de la praxis en
las escuelas y universidades.
El progreso
económico depende, básicamente, de la educación, honestidad y libertad del
pueblo, y, como consecuencia de quienes tienen autoridad.
¿Qué otras
características creo tienen que tener los pueblos para su progreso?
Tener instituciones
inclusivas, que engloban la honesta participación social en la plena libertad
individual.
La pobreza o la
prosperidad dependen del grado de educación, honestidad, participación y
libertad de ese pueblo.
Si existe
conflicto entre administrados y administradores es clara evidencia de la falta
de honestidad, y, como consecuencia, del imperio arrasador de la corrupción.
“¡No hay
posibilidad de progreso y progreso continuado sin un pueblo honesto y unido, e instrucciones
y administraciones honestas y autoridades honestas!”
La ley, el
orden, el progreso y el bienestar son una consecuencia de la honestidad.
La igualdad de
oportunidades y la convivencia feliz no suceden por albur, son una consecuencia
de la honesta participación de la mayoría.
El pluralismo,
la necesaria honesta participación y, como consecuencia, el honesto
comportamientos ciudadano, de sus legítimos y honestos representantes, dependen
de usted, de mí y de la mayoría de la ciudadanía.
El progreso de
los pueblos es la necesaria vivencia en paz como consecuencia de la honesta
participación y unión de la mayoría.
Hemos nacido
para ser felices y libres. De usted, de mi… depende, y no sólo del vecino.
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