“¡LA BONDAD!”
Hoy me atrevo a tratar el tema de la Bondad, porque es algo
fundamental para la felicidad en las relaciones humanas y, además, porque
personalmente aspiro, trabajo y lucho para ser un católico bondadoso, -al
menos estoy en cola-, y una de las maneras y modos es hacer ahora esta
reflexión con el fin de que todos, incluyéndome lógicamente a mí mismo, nos
contagiemos y nos llenemos de bondad.
“¡La BONDAD con mayúscula es una de las manifestaciones notorias
de los santos!”
La bondad y la santidad van de la mano.
Hemos nacido, todos, no creyentes como creyentes, para ser
bondadosos y, como consecuencia, santos. Repito: también los no creyentes.
¿Qué es lo que maravilla al oír las palabras y ver los actos de
las personas bondadosas?
Reparten paz, tranquilidad, serenidad, santidad y felicidad.
La bondad es contagiosa y por eso espero se nos contagie, se
nos pegue y crezca en nosotros lo más posible.
Necesito y quiero sentir, constantemente, la bondad de mi prójimo.
Quisiera sentir, constantemente y a mí alrededor, la maravillosa
sensación y la maravillosa vivencia de la bondad.
Como siempre, es fundamental la educación recibida para la
vivencia y la práctica de la bondad.
Puede que nos encontremos con alguna personas, conocida o
familiar, que desconfíe cuando le hablamos con bondad, y piense ¿por qué esta
señora o este señor me dice esto y de esta forma? ¿Será por alguna razón que me
pueda perjudicar?
Pues a esas personas desconfiadas y con tendencia a pensar mal,
debemos darles, si es posible, aún más bondad, que, seguro, recapacitará y
reconocerá el bien recibido, y puede que ella después la practique.
Quizá estemos viviendo unos momentos sumamente propicios y
necesarios para recibir y repartir la bondad.
“¡¡¡La bondad quita el mal, perfuma el ambiente, enaltece al dador
y enriquece al receptor!!!”
La bondad hace resplandecer la belleza arrolladora de los
bondadosos.
Creo que los sentimientos y las sensaciones que producen la bondad
son tan impresionantes y trascendentes, que hacen irradiar a la felicidad,
embargando y embriagando todo lo que nos rodea, y con ella la felicidad no sólo
se recibe sino que, al igual, se reparte.
“¡Qué fácil es ser bondadoso!”
Y “¡Qué difícil debería ser repartir el mal!”
Dice el diccionario que bondad es la virtud o inclinación a hacer
el bien.
“¡¡¡La bondad genera bondad y potencia de forma inconmensurable la
felicidad!!!”
En la espera deseada y anhelada de que seamos bondadosos y, como
tales, gocemos de la plena felicidad a la que estamos llamados, porque
para ello hemos nacido, y la repartamos, y con ella inundemos y ahoguemos al
materialismo aberrante.
“¡¡¡La bondad nos hace buenos, con ella repartimos bondad,
felicidad y libertad, y con ella nos hacemos santos!!!”
Por favor ¿Usted qué cree?
Gracias de todo corazón.
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