“¡EL TIEMPO Y EL ESPACIO!”
El tiempo es lo que
nos permite contar y valorar lo que vivimos.
El tiempo es el
momento que vivimos, y que no regresa jamás.
El tiempo es
inalcanzable, incontrolable e irrecuperable.
El tiempo lo vivimos
hasta nuestra muerte.
Los creyentes creemos
que el tiempo es el espacio que vivimos, y que se acaba con la muerte al
convertirse en eterno, un “nuevo tiempo”, una “nueva creación”.
Los creyentes creemos
que el tiempo y el espacio son hechos y dados por Padre Dios, de quien hemos
recibido la vida desde la eternidad y para toda la eternidad.
El tiempo es
invalorable, y perderlo es irrecuperable. El tiempo no se repite, una vez
pasado no vuelve jamás.
Son tantas las razones
por las que tenemos que considerar, proteger y vivir plenamente el tiempo.
El tiempo de la vida
es el único que tenemos para hacer y merecer, humana y espiritualmente.
¿Cómo considera el
tiempo un no creyente? Quisiera saberlo. Por favor: si hay alguien que quiera
ayudarme, le ruego, me lo haga saber ¿Qué es el tiempo para ella o para él? ¿Para
qué le sirve? Y cualquier otra consideración que crea pueda ayudarme a
entender y esclarecer lo que significa el tiempo para esas personas
no creyentes.
"¡Perder el
tiempo es perder la vida!"
"¡La vida es la
única oportunidad que tenemos para hacer el bien, repartir el bien, y evitar el
mal!"
Es mucho lo que
podemos hacer en la vida de cada persona. Desperdiciar el tiempo es
imperdonable.
La honesta
participación vital en cada minuto es de una enorme responsabilidad y de una
enorme alegría. Hay una responsabilidad en perder el tiempo, y una alegría
contagiosa para el que lo aprovecha.
El tiempo es lo que
tenemos para comportarnos humana, ética o religiosamente, y tiene un valor
incalculable, del que somos responsables ante los hombres y ante Padre Dios.
Quien ama no pierde el
tiempo. Para el que ama el tiempo es oro o platino, y con él elabora la mejor
joya que pueda hacer.
Ofrezcamos y
dediquemos nuestra vida y nuestro tiempo a amar, apasionadamente -los
creyentes- a Padre Dios y a todos los hijos de Dios, y juntos, creyentes y no
creyentes no creyentes, a todo ser humano. Ambos, creyentes o no, debemos amar
el tiempo de la vida para que sea un placer vivirla, y así los que nos rodean
la disfruten como lo hacemos nosotros.
"¡¡¡Amando jamás
se pierde el tiempo!!!"
Perder el tiempo es
imperdonable porque jamás se recupera.
"¡¡¡La felicidad
y la libertad son las consecuencias del aprovechamiento del tiempo por la
honesta participación personal y social y por el amor a lo largo de la
vida!!!"
Desaprovechar el
tiempo y el espacio de las relaciones y personas que nos rodean es algo
imperdonable, porque no se recupera jamás, y porque se pierden las
oportunidades de vivir la felicidad y la libertad.
"¡¡¡O
aprovechamos el tiempo y el espacio o lo perdemos tristemente para
siempre!!!"
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