“¡¡¡PLANTAS EN NUESTROS BALCONES Y PATIOS!!!”
Tener plantas en los balcones y patios ha sido tradición grancanaria, que
algunos mantienen, afortunadamente.
Enfrente de mi casa, y en todo el frontis de los dos bloques, sólo hay una
familia que tienen geranios -muy bonitos porque están muy bien cuidados–,
plantados en el balcón de su terraza.
Le grité felicitándole y me lo agradeció de forma alegra y manifiesta.
No cabe duda que es un trabajo más en las tareas domésticas. Pero la satisfacción
de verlas y olerlas, los habitantes de la casa y los demás, hace que valga la pena.
A los viandantes, nos recrean la vista. Rompen la monotonía y la frialdad de
las fachadas y les da un aspecto culto y humanizado.
Sean estas palabras de admiración y agradecimiento a todas esas personas,
que, restando tiempo a otras actividades o distracciones, se lo dedican a embellecer
su entorno y el de los demás.
Esas plantas demuestran la sensibilidad, la cultura y la educación de quienes
las cultivan. Describen elocuentemente a sus cuidadores.
¡Olvidar el pasado o desconocerlo multiplica las posibilidades de equivocarse y
de padecer incultura!
Lo digo porque los patios y balcones canarios fueron famosos.
Inmediatamente después de la conquista, las casas se solían construir en forma
de ele. Cuando fue necesario salvaguardar la privacidad, la ele se cerró. Así nacieron
los famosos patios canarios.
Nuestro clima privilegiado nos permite cultivar a lo largo de todo el año. Las
plantas estaban y están lozanas y bellas todo el tiempo.
Me gusta sugerir cosas que podemos hacer para estar
alegres y que alegran a los demás. Y una de las que nos ayudan y ayudan a los
demás es adornar nuestros balcones con plantas.
Las personas que nos hacen el favor de adornar sus
balcones tienen un gran sentido comunitario. Son solidarios. Algo que necesitamos
en estos momentos.
¿Qué sensación se tiene cuando se reparte felicidad?
La contestación a esa pregunta nos hace ser agradecidos.
Gracias vecinos ilustres, sensibles y cultos por el trabajo y cuidado de las
plantas de sus balcones. Las disfrutan ustedes y las disfrutamos nosotros.
Esas plantas no sólo adornan sus casas... ¡Les adornan a Uds., sus cuidadores!
Les invito a todos, creyente o no, a rezar por las personas
que embellecen nuestro paisaje urbano y nos alegra la vista.
¿Qué mejor manera de demostrarles nuestro agradecimiento,
que encomendarles a Padre Dios y a la Santísima Virgen del Pino, para que sigan
con su trabajo magnífico, bello y solidario?
“¡¡¡Esas personas rezuman bondad y son un ejemplo!!!”
Reiteramos las gracias, les deseamos todo lo mejor y sigamos teniendo y
aumentando ese gran regalo del embellecimiento de balcones y nosotros la dicha
de contemplarlos.
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