LA REITERO CON EL PERDÓN DE TODOS.
“HACIA UNA NUEVA ERA”
Aunque el ser humano es social por naturaleza, creo que estamos
viviendo todo lo contrario.
El Concilio Vaticano II nos recuerda que “el hombre, por su íntima
naturaleza, es un ser social, y no puede vivir ni desarrollar sus cualidades
sin relacionarse con los demás”.
El Papa Pío XI en su Encíclica Divini Redemptoris, dice: “la
sociedad es un medio natural que el hombre puede y debe usar para obtener su
fin”.[1]
Por desgracia, hoy presenciamos, con la mayor naturalidad, la
siguiente paradoja: cuanto mayor es el núcleo habitado, mayor es la
incomunicación entre sus habitantes, y mayor es su agresividad.
Reiterar que los vecinos, puerta con puerta, no se conocen. Ni
siquiera se saludan. Y en los pueblos pequeños todo el mundo se conoce. Eso era
lo normal en mi juventud incluso en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.
Nos saludábamos, nos conociésemos o no. Dar los buenos días, o las buenas
tardes, distinguía a las personas educadas.
Hoy existe un deterioro educacional que nos conduce al aislamiento.
Ni nos conocemos, ni nos saludamos. Cada vez nos alejamos más los unos de los
otros, y cada vez hay más agresividad.
Este comportamiento, esta separación crea un vacío personal y un
deterioro en las relaciones interpersonales.
La ausencia de las relaciones humanas, - tan necesarias para la
vida normal, la familia, la comunidad -, crea como consecuencia la
infelicidad.
¿Caminamos hacia una nueva era?
Por la experiencia vivida como persona, me atrevo a sugerir que esa
era tiene que integrar, de manera armónica y real, la persona y la
sociedad con LA NATURALEZA, el medio en el que podamos vivir felizmente los
humanos.
Para realizar esa aspiración disponemos de todos los elementos
necesarios: la experiencia, la ciencia y las creencias que junto a valores
éticos o religiosos, nos permitirán ver los errores cometidos por los
comportamientos egoístas y consumistas, y lo sustituyamos por comportamientos
solidarios con nosotros mismos, con los demás y con la Naturaleza.
Para esto, lógicamente, se necesita ser conscientes y desear el
cambio, y no con palabras, como las mías, sino con hechos.
El mal aún no ha vencido al bien.
Nunca es tarde para mejorar.
Los humanos somos buenos por naturaleza, y el medio y la educación
influyen poderosamente en nuestros hábitos y comportamientos.
Seamos lo que somos: humanos buenos, y para ser buenos humanos
tenemos que comunicarnos los unos con los otros, para así poder ser un humano
bueno.
Como siempre, de nosotros depende, de usted y de mí.
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